Ibarra va a reprimir a los cirujas

Ibarra va a reprimir a los cirujas

En un plazo de no más de un mes, el Gobierno porteño lanzará un operativo para reprimir el cirujeo informal. Les expropiarán a los cirujas sus caballos y sus carros y les impedirán trabajar en el microcentro y en las zonas turísticas "por una cuestión de imagen". La ciudad implementará un acuerdo con la Policía Federal para acompañar al personal que salga a la caza de los ilegales


El Gobierno porteño se dispone a comenzar -en un plazo no mayor a un mes- una serie de operativos contra los "cirujas" que operan en zonas críticas de la Avenida 9 de Julio en dirección al bajo, las avenidas Córdoba, Callao y Entre Ríos, en Lavalle y en el barrio de Belgrano.

El operativo incluirá diferentes líneas de represión. La primera estará en los accesos a la Capital, en los que se impedirá la entrada a los vehículos traccionados por caballos. La razón es que la gran mayoría de los que cirujean en el microcentro llegan desde el Gran Buenos Aires.

La segunda línea estará en las propias calles interiores de la ciudad, en donde se incautarán los carros y los caballos que hayan logrado traspasar la primera línea.

Para realizar el operativo, la ciudad firmará un convenio con la Policía Federal, para que efectivos de la fuerza acompañen a los inspectores de Higiene Urbana que van a salir a patrullar las calles porteñas en busca de infractores.

Para darle fuerza a sus razones, el jefe de Gobierno porteño lanzó a los medios la afirmación de que 25.000 cirujas trabajan diariamente en la ciudad. La cifra no es confiable, para empezar. Para continuar, en contradicción con el mensaje represivo de Ibarra, el secretario de Medio Ambiente y Espacio Público está impulsando un acuerdo con los cirujas, alentándolos a organizarse en cooperativas para trabajar.

De todos modos, la implementación del operativo tendrá que superar múltiples problemas, entre los que no habría que ignorar la inoportunidad de la medida de expropiarles a los más pobres sus ya escasas pertenencias.

Finalmente, se podría plantear un escenario. Si un severo inspector de Higiene Urbana y un no menos severo policía detienen a un ciruja y le anuncian que su carro y su caballo le serán expropiados y éste -presa de la desesperación ante la pérdida de sus medios de trabajo- se resiste. ¿Cuál es la doctrina?. ¿Se limitarán los hombres de la ley a enrostrarle al hombre su conducta ilegal?. ¿Se lo van a llevar preso por estar trabajando?. ¿Le disparará el policía, ante la reticencia del trabajador a cumplir con la ley?.

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