"Este fallo es contrario al orden jurídico argentino y lesiona gratuitamente sentimientos legítimos y hondamente arraigados en nuestra población", dijo el legislador Jorge Enríquez (Compromiso para el Cambio), al referirse a la decisión de la jueza Federal en lo Contencioso Administrativo, Susana Córdoba, a través de la cual se quitó la imagen de la Virgen María del Palacio de Tribunales.
Además de la imagen de la Virgen, que estaba ubicada en la entrada del edificio, fueron retirados un retrato de San Cayetano y una urna emplazada para dejar mensajes. La jueza argumentó que el emplazamiento de estos símbolos podría significar la adhesión implícita a alguna religión.
"Debe entenderse que aquí no está en juego la libertad de cultos, ya que todos ellos pueden practicarse con la mayor amplitud. Seguramente nadie objetaría que signos o imágenes vinculados a otras religiones tuvieran cabida en el Palacio de Tribunales", subrayó el ex vicepresidente de la Legislatura.
"De todas formas -afirmó Enríquez-, en nuestro país, porque así lo dispusieron los constituyentes de 1853, hay libertad de cultos, pero no igualdad de cultos. Quizás lo que subyace en el ánimo de quienes promovieron la acción judicial y en la decisión de la jueza sea un menosprecio de la dimensión religiosa del ser humano. Por suerte, la enorme mayoría de los argentinos no participa de ese estrecho enfoque materialista y, cualquiera sea su credo, comprende y siente que hay un orden trascendente al que la fe nos religa".