Con cinco diputados porteños presentes de los once que la integran, la Comisión de Asuntos Constitucionales de la Legislatura de la Ciudad de Buenos Aires emitió un despacho en el que insiste con el texto original de la Ley 871 -que restablecía la jornada laboral "bajo tierra" de seis horas-. La misma fue vetada parcialmente días atrás por el jefe de Gobierno porteño, Aníbal Ibarra.
Finalmente, el despacho salió "en minoría" debido a que nuevamente no hubo quórum en la reunión de esta comisión parlamentaria. El Reglamento Interno del cuerpo parlamentario permite, para estos casos, que los legisladores presentes -en esta oportunidad Héctor Costanzo (UCR), Enrique Rodríguez (Forja 2001), Juliana Marino (Peronismo Independiente), Raúl Puy (ARI) y Oscar Moscariello (Partido Demócrata Progresista)- emitan un despacho "en minoría".
Los trabajadores de Metrovías, quienes estuvieron desde temprano en la Legislatura, desconocen porqué el resto de los diputados que integran la Comisión Asuntos Constitucionales -Jorge Argüello (PJ), Jorge Enríquez (UCR), Marta Talotti (Argentina por Siempre), Marcelo Vensentini (Frente Grande), Julio Vitobello (PJ) y Lucio Ponsa Gandulfo (PJ)-, nuevamente se ausentaron a la reunión semanal. Los que no estaban obligados pero igualmente asistieron fueron los legisladores Vilma Ripoll (IU), Patricio Echegaray (IU), Jorge Altamira (PO) y Alicia Pierini (PJ).
"Vamos en busca de los 40 votos", manifestaron los presentes. Sin embargo pese a que los referentes de las principales bancadas expresaron que van a insistir con la Ley 871, el ausentismo en las últimas reuniones expresa la poca voluntad política de los representantes de la Ciudad.
En tanto, esta mañana también se conoció que Virginia Bouvet -quien hasta el jueves era delegada de Subterráneos de Buenos Aires- fue amenazada. El sábado alguien grabó un mensaje en el contestador automático de su teléfono celular en el que durante un minuto se escuchan ruidos. Bouvet realizó este lunes la denuncia penal, acompañada por el abogado Marcelo Parrilli.
"Es como si estuvieran ahogando a una persona, hay sonido de agua, gemidos, pasos, forcejeos y luego una voz distorsionada canta sobre una música, como de cuna, ‘cinco mil bailan la canción y tú también’", describió la delegada.
