Elisa Carrió tuvo problemas para cerrar sus listas en todos los lugares del país ya que, el esquema centralizado desde Buenos Aires, fue resistido por muchos aliados de la chaqueña en cada una de las provincias. Pero en Buenos Aires y en Capital, por más que las listas están adornadas con personajes tan disímiles como ajenos a la política, caso Soledad Silveyra o Susana Rinaldi. La verdad es que la diputada chaqueña no pudo torcerle el brazo a los portadores de la estructura política, el PSD, y terminó entregando todos los lugares expectables a dicha fuerza política.
Alfredo Bravo será el candidato a senador por la Capital y como se supone que el ARI peleará el segundo escalón del podio, sería el único con posibilidades de entrar. Mientras que en Diputados los "de la rosa" se adjudicaron dos de los tres primeros lugares y se dedicaron a vetar a todos aquellos que les podían hacer sombra en el futuro. De esa manera, el radical Fernando Cantero, quién fuera el único de su partido en acompañar a Lilita en el no otorgamiento de los superpoderes a Cavallo, fue relegado al quinto lugar y los frepasistas que quisieron hacer pie quedaron pisando cáscaras de bananas. Por el cupo femenino impuesto por Carrió, consiguieron un lugar para Dora Barrancos un puesto más arriba de Cantero. No corrieron mejor suerte Eduardo Jozami o Liliana Chiernajowsky que se quedaron de a pie ante la intransigencia de los socialistas.
Por si esto fuera poco, le costó un perú a Carrió imponer a Mario Cafiero en la Provincia, por supuesto atrás del socialista Rivas, ya que en el PSD no gustan históricamente de los dirigentes peronistas.
En una palabra Elisa Carrió quedó presa de una corporación política de pocos dirigentes pero hábiles a la hora de definir candidaturas. El movimiento se expresa tenuemente en los lugares no expectantes, pero por caja pasarán sólo los socialistas.