Rebelión en la granja radical

Rebelión en la granja radical

Un grupo de militantes radicales disconformes ya no sólo con la conducción partidaria, sino aún con quienes buscan el desplazamiento de esa conducción, se pronunciaron críticamente para con los organizadores de la asamblea que se realizó el jueves 30 de mayo en el Comité Capital de la Unión Cívica Radical. Abandonaron el recinto porque los "estaban aparateando" y acusaron a la conducción del partido por las deudas que se acumulan en el edificio del Comité Capital


Militantes radicales criticaron tanto a la conducción porteña como a los que se los quieren cargar. Los decepcionados radicales se mostraron irreverentes con algunos dirigentes convocantes a la asamblea. Llegaron a denominar "Franja Wey" al diputado Cristian Caram, que además es vicepresidente primero de la Legislatura porteña y "Mc Pollo" al ex subsecretario de Justicia porteño, Agustín Zbar, mientras que para designar a los antiguos integrantes del Grupo Sushi utilizaron el apelativo de "Los Pibes Chorros". Al senador Rodolfo Terragno, además, le pusieron "Paco Jaumandreu", en tanto que a Marcela Larrosa se limitaron a decirle "La Hija", por su padre, el histórico dirigente radical de Villa Lugano.Larrosa.

Los militantes -todos ellos de vieja raigambre radical- aseguraron que ellos, tal como otros, abandonaron el lugar cuando "nos dimos cuenta que nos estaban aparateando y que nos habían convocado solamente para hacer bulto, ya que ni siquiera nos dejaron anotarnos en la lista de oradores".

Los dos veces rebeldes aseguraron que, poco tiempo antes de que comenzara la asamblea, llegaron al local de la calle Tucumán cinco micros con gente "que sólo fue allí para levantar manos y que se molestó cuando la quisieron arriar para el Congreso".

Finalmente, relataron, hubo en la asamblea sólo seis oradores: el ex secretario administrativo de la Legislatura porteña, Gastón Ain; los punteros barriales Sago e Insúa; la ex directora nacional de la mujer en tiempos de de la Rúa, María José Lubertino, Agustín Zbar y Cristian Caram.

Sago y Lubertino presentaron en la asamblea sus renuncias como delegados a la Convención Metropolitana -"demagógicamente", tal como se quejaron los militantes- y arengaron para que, al finalizar la asamblea, todos marcharan al Congreso para "escrachar" a los diputados radicales que votaron la derogación de la Ley de Subversión Económica. El propio Ain dijo -a los gritos- que "si en el radicalismo todavía quedan huevos, vamos a ir al Congreso" para el mismo fin.

Pero lo que más cuestionaron los rebeldes fue que el día anterior a la asamblea "al mediodía conspicuos dirigentes de la capital se dieron cita en el quincho del quinto piso" para preparar el cónclave. En la reunión estuvieron presentes el presidente del Comité Capital, Silverio Fernández Gaido -que propuso presentar su renuncia-, "Coti" Nosiglia, los diputados nacionales Marcelo Stubrin, Jesús Rodríguez, Rafael Pascual y Cristina Guevara; la vicejefa de Gobierno porteño, Cecilia Felgueras y los diputados porteños Cristian Caram, Marcela Larrosa, Fernando Caeiro y Rubén Campos. "Lo llamativo de esa reunión -acotan los viejos radicales- fue que la discusión se centró en una pregunta de Stubrin: ¿qué es el radicalismo?.

"La indignación sigue en aumento en esa olla a presión que es el radicalismo porteño -finalizan los insurrectos- donde ven que por inoperancia se cortan los servicios básicos para el funcionamiento de su sede partidaria, donde se adeudan los sueldos de los trabajadores, donde la deuda de aproximadamente 250 mil pesos crece día a día, sus representantes ejecutivos y legislativos siguen defeccionándose en el mandato que se les otorgó a través del voto".

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