Este lunes por la noche ocurrió el llamado de atención más fuerte desde los centros urbanos al Gobierno nacional, en la disputa que éste mantiene con el sector agropecuario a raíz de las subas de las retenciones. Alrededor de las 20 comenzaron nuevamente a sonar las cacerolas en varios barrios de la Ciudad de Buenos Aires. La protesta arrancó con una masividad mayor que la del sábado pasado, cuando solamente tuvo epicentro en los barrios de Recoleta, Barrio Norte, Palermo, Caballito y Belgrano. En esta oportunidad, se sumaron a los pocos minutos Balvanera, Parque Patricios, San Cristóbal, Barracas, Flores, Floresta y Almagro. Luego se extendió a otros barrios. En el conurbano arrancó por Quilmes, Avellaneda y Olivos, donde está la quinta presidencial. En ciudades como Córdoba, Rosario, Mendoza y Mar del Plata la protesta se sintió con fuerza. También en Gualeguaychú, donde se encuentran los ruralistas más intransigentes.
La convocatoria había sido realizada vía mail y mensajes de texto que llamaban a cacerolear y realizar un bocinazo de quince minutos a partir de las 20. Pero esta vez, en la Ciudad de Buenos Aires, la manifestación se extendió más allá de la zona norte y cobró un grado de magnitud mucho mayor que las que se intentaron en otras oportunidades durante este conflicto.
La intersección de Callao y Santa Fe fue donde, en principio, más manifestantes se habían reunido. Allí se cortó la calle, a diferencia de en otros puntos, en los que la protesta se daba en las veredas y desde los balcones.
La convocatoria fue en apoyo al campo y en contra de las retenciones móviles pero tendría, según reflejaron varios móviles de televisión instalados en diferentes puntos, un nuevo condimento: el llamado al diálogo entre las partes.
El conflicto está viviendo una escalada cada vez mayor. Este lunes, el líder piquetero oficialista Luis D’Elía acusó a Eduardo Duhalde de conspirar para llevar adelante un "golpe económico". Vinculó con la supuesta iniciativa a los titulares de las cuatro federaciones agrarias y al grupo Clarín. Desde el lado del ex presidente optaron por no responderle.
A la salida del programa de almuerzos de Mirtha Legrand, el titular de la Sociedad Rural Argentina, Luciano Miguens, fue agredido por un vecino que le arrojó huevos. D’Elía, por su parte, también recibió una agresión en Rosario.
Al mediodía, el líder piquetero Raúl Castells, opositor al Gobierno, había marchado a Plaza de Mayo en apoyo al campo. En esa misma plaza, el Gobierno nacional planeaba realizar un acto el próximo miércoles. Según trascendió, un grupo de gobernadores peronistas le pediría a la Presidenta la suspensión del mismo para no agravar aún más la situación.
Paralelamente, el vicepresidente de la Nación, Julio Cobos, llamó al diálogo y a que el Congreso nacional ocupe un rol central en la resolución del conflicto. Se supo que no participará del acto del miércoles, si éste finalmente se realiza.
La líder de la Coalición Cívica, Elisa Carrió, expresó que "el Gobierno tiene que reconocer que está perdido" y "que toda la batalla por la opinión pública por enfrentar al campo con los pueblos del interior y con la Ciudad no sirvió". Dijo que Cristina Fernández debe elegir entre acompañar al futuro o quedarse atrás.
El senador nacional Gerardo Morales, presidente de la UCR, pidió al Gobierno que "pare con esta locura" y que suspenda el acto del miércoles. "Insistimos en la derogación de la resolución 125 y mañana (por hoy) en labor parlamentaria vamos a pedir que se trate el tema, y que se cree el Consejo Económico y Social para sacar a la Presidente del centro de las discusiones", expresó.
Cerca de la medianoche, grupos de simpatizantes kirchneristas, entre ellos, la agrupación La Cámpora y el Movimiento de Unidad Popular, acudieron a Plaza de Mayo para defender al Gobierno. Allí se hizo presente, como una ráfaga, el secretario de Comercio, Guillermo Moreno. También asistió D’Elía. Quienes protestaban contra el Ejecutivo decidieron, entonces, marchar hacia el Obelisco.
Por la madrugada, en la quinta de Olivos, Cristina Fernández, el ex presidente Néstor Kirchner y el núcleo más duro del oficialismo debatían qué hacer en las próximas horas. El jefe de Gabinete, Alberto Fernández, estuvo ausente y eso generó numerosas versiones.
Ya casi se cumplieron cien días de un conflicto que parece no tener fin, debido a la sordera de unos y la intransigencia de otros. Acaba el segundo día del cuarto lock out del campo que tiene en vilo al país desde que se anunció el esquema de las retenciones móviles. Y mientras el humo invade la Ciudad, irrumpe en el escenario el fantasma del desabastecimiento de alimentos y combustible.
