El secretario de Hacienda y Finanzas porteño, Miguel Ángel Pesce, acudió a la Legislatura para asistir al tradicional ritual del cachetazo opositor, que todos los años soportan los funcionarios que deben solicitan la aprobación del presupuesto a sus enemigos.
Instalados confortablemente -un sabroso "lunch" consistente en sandwichitos de miga, gaseosas, café y mediaslunas ayudó en tal sentido- en el Salón Montevideo, los diputados y los funcionarios sostuvieron un enfrentamiento más cercano al ajedrez que a la guerra, en el que, de todos modos, no estuvieron ausentes algunos apagados chisporroteos, que sólo sirvieron para ponerle un poco de color al clima.
Como suele ocurrir, también en esta ocasión, al finalizar la exposición del secretario, los opositores expresaron a toda voz su disconformidad con las explicaciones recibidas. De igual manera, los funcionarios convocados buscaron
desactivar a la oposición, enviando a vía muerta sus inquisiciones más filosas.
Tal como lo expresó en algún momento la presidenta de la Comisión de Presupuesto y Hacienda, Laura Moresi, el 75 por ciento de la reunión estuvo ocupada por el debate sobre la renegociación de la deuda externa porteña. En ese punto, Pesce fue interrogado en repetidas ocasiones acerca de si existe un plan alternativo para el caso de que el proyecto de inclusión de la Serie III de los Bonos Tango no sea aprobado por la Legislatura. Los diputados actuaban como si dieran por descontado el rechazo del proyecto en el futuro cercano.
Incomprensiblemente, algunos legisladores -en especial, el ucedeísta Julio Crespo Campos- volvieron una y otra vez sobre este tema, ignorando que la renegociación de esta deuda es una cuestión de Estado y que el Estado no salta de una línea de trabajo a otra como si sus representantes fueran acróbatas o debieran responder al humor de la oposición.
Pesce sostuvo, de todas maneras, su versión acerca de la importancia que inviste la aprobación del proyecto de inclusión de la Serie III de los Bonos Tango que envió el Poder Ejecutivo. En todo momento, el secretario destacó el ahorro de 115 millones de pesos en el Presupuesto del 2003 que supone su aprobación.
De todos modos, el diputado Miguel Doy (FORJA 2001) sostuvo que "Pesce decidió financiar las cuentas del Gobierno con la pérdida del poder adquisitivo de los salarios de los empleados del Estado porteño".
"Es injusto -continuó el legislador, cercano a Rodríguez Saá- que el secretario de Hacienda haya previsto en el Presupuesto 2003 partidas para abonar mayores costos a los proveedores y para el pago de sus acreedores externos, mientras que lo único que permanece invariable tras la devaluación de alrededor del 40 por ciento operada en el 2002 son los salarios de los trabajadores".
Por su parte, el diputado Jorge Enríquez (UCR) sostuvo que "siempre volvemos a lo mismo, a una acentuada falta de previsión que es la marca registrada de la gestión de Ibarra y de todo su gobierno, y una falta total de respuesta , como se vió hoy en la Legislatura".
Enríquez, un decidido opositor de Aníbal Ibarra, expresó luego su preocupación porque "en el caso de Educación, disminuyó su participación en el Presupuesto del 28,8 al 26 por ciento, en tanto que la Salud Pública bajó del 27,43 al 26,9 por ciento con respecto al ejercicio pasado. Por otro lado, el presupuesto de Desarrollo Social, si bien tuvo un incremento del 4,2 a 4,4 por ciento, disminuyó un 22,42 por ciento con respecto al 2001, lo cual es una atrocidad frente al hambre y la pobreza existentes en la ciudad".