El Gobierno de la Ciudad Autónoma de Buenos Aires presentó este martes un “amparo por mora” ante la Justicia para destrabar la importación de pistolas Taser, hoy frenada por el Gobierno nacional, que no da el permiso correspondiente. En el escrito presentado acusan al Ejecutivo de “demonizar” el uso de estas armas no letales, que aseguraron que son usadas por las fuerzas de seguridad de “casi todos los países del mundo”.
En mayo del año pasado, la ANMAC (Agencia Nacional de Materiales Controlados) dio el visto bueno a la adquisición de 60 dispositivos modelo X2 para la Policía de la Ciudad. Como respuesta, el Gobierno Nacional despidió a Ramiro Urristi, el funcionario que había autorizado la compra, y a partir de ese momento quedó trabada la importación. En ese entonces, el Ministerio de Justicia y Seguridad porteño reclamó ante ANMAC ser parte interesada del trámite para que haya una resolución favorable que, al día de hoy, nunca llegó.
El ministro de Justicia y Seguridad porteño, Marcelo D´Alessandro, advirtió: “El problema del Gobierno Nacional es ideológico: llegaron a comparar las Taser con las picanas de la dictadura. En el siglo XXI, y en casi todos los países del mundo, se utilizan estas pistolas de baja letalidad”.
Además subrayó que el gobierno kirchnerista “atenta contra todo lo que sea más seguridad para la Ciudad de Buenos Aires. Demonizaron el uso de estas armas y trabaron una herramienta fundamental para la seguridad de los 3 millones de porteños y las casi 4 millones de personas que diariamente ingresan a la Ciudad”.
¿Cómo funciona una pistola Taser?
Las pistolas Taser generan una descarga eléctrica que inmoviliza al potencial agresor, por lo que son ideales para actuar en espacios reducidos con abundancia de público. Cuando son disparadas, unos dardos guiados por un cable envían 400 voltios durante cinco segundos.
Estas armas son utilizadas en más de 107 países, incluidos Estados Unidos, Alemania, Italia, España, Australia, Brasil, Canadá, Colombia, Corea del Sur, Francia, Nueva Zelanda, el Reino Unido y Singapur. Las Taser, además, graban toda la secuencia de uso -en imágenes y en audio-, por lo que pueden verificarse posteriormente las condiciones de tiro, cosa que no ocurre con las armas de fuego reglamentarias.