Daniel Scioli volvió al ruedo -aunque bueno será acotar que nunca se fue del todo- planteando que el peronismo debe “aggiornarse y modernizar el espacio con propuestas” que coadyuven a la unidad y declaró, con respecto a las políticas del nuevo gobierno, que “esto es lo que yo había anticipado, pero me decían que hacía la campaña del miedo y que le mentía a la gente”.
“Hay que aggiornarse y modernizar el espacio con propuestas para tener un peronismo unido”, expresó el excandidato a presidente del Frente para la Victoria, que dejó para más adelante una definición sobre el liderazgo de Cristina Fernández de Kirchner, más aún tomando en cuenta que ella misma ha sostenido un silencio “stampa” sobre sus pasos futuros.
Scioli fue cauto sobre el tema de la continuidad política de la exjefe de Estado. “Ella terminó su mandato y ha tomado un prudente silencio, un descanso, como lo quieras llamar. Mientras tanto, hay un partido con vocación de aggiornarse”, dijo, en referencia al peronismo, aunque puso paños fríos sobre la posibilidad de aliarse en el porvenir inmediato con el líder del Frente Renovado, Sergio Massa. Señaló que, en principio, “si hay una persona que ha hecho un culto de hablar con todos, soy yo”, pero no tomó definiciones sobre un pacto que, por ahora le allanaría el camino más al exintendente de Tigre que al peronismo.
Interrogado sobre los primeros tres meses de gobierno de Mauricio Macri, el inquilino de Villa La Ñata aseveró que “hay un retroceso en la calidad de vida de la gente, que mes a mes se fue deteriorando. Las cosas son más caras, los servicios también”, agregó, para denunciar que en el debate que protagonizó con el candidato de Cambiemos y en el resto de la campaña electoral “ésto es lo que yo había anticipado, pero me decían que hacía la campaña del miedo y que le mentía a la gente”.
El único punto positivo que le reconoció Scioli al nuevo gobierno que la política exterior, de la que alabó su “agenda internacional, la visita de los presidentes y el interés que hay, aunque otorgándole el mérito a la canciller Susana Malcorra, a la que calificó como una ministro “fuera de serie”.
El ex gobernador bonaerense es, hoy por hoy, uno de los posibles candidatos de la unidad en las próximas elecciones internas del Justicialismo. El dilema que desvela a los contendientes fluctúa entre una fórmula puramente “cristinista” u otra, otras que represente sólo al poder de los jefes territoriales de todo el país o una fórmula de síntesis, que agrupe tras de sí al kirchnerismo y al PJ tradicional.
Las negociaciones se encuentran en estos momentos en un estado de aparente tensión, en que ambos sectores se disponen a forzar al máximo sus posibilidades. Los expertos “peronólogos” auguran que habrá fumata blanca emergiendo de los cuarteles generales, pero los acuerdos aún están lejos de concretarse.
El plazo termina el sábado próximo y el diálogo continúa, más aún porque el partido está intervenido y la mirada afilada de la jueza María Romilda Servini de Cubría obliga a los negociadores a encontrar los acuerdos. Las internas se realizarán el ocho de mayo y el plazo para presentar las listas cierra 30 días antes, o sea el próximo viernes.
Casi de apuro, el kirchnerismo pateó el tablero el viernes al presentar una lista propia, que encabezarán el gobernador de Formosa, Gildo Insfrán y el exsecretario de Comercio Guillermo Moreno. Esta decisión encendió todas las alarmas en el peronismo, porque hace pensar que podría no haber lista de unidad. Abona esta tesis que los cuestionamientos de parte de algunos dirigentes del kirchnerismo hacia sus rivales internos, como Jorge Ferraresi -intendente de Avellaneda- fueron de tinte ideológico.
Es que la divisoria de aguas de los últimos tiempos se situó en la votación en ambas cámaras legislativas de la propuesta del oficialismo nacional para abrir una línea de pago a los fondos buitre, que culminó con la derogación de la Ley Cerrojo y de Pago Soberano. Algo más de la mitad de los diputados y senadores del Frente para la Victoria votaron favorablemente la propuesta de Mauricio Macri y trasladaron la grieta que muchos situaban en la sociedad hasta dentro del peronismo.
La negociación sigue, pero sus protagonistas deberán sortear muchos escollos. ¿Serán demasiados para alcanza la unidad?