Sergio Massa presentó el Presupuesto 2023. ¿Cuál es su primera impresión?
La realidad es que es un presupuesto mucho más realista que el que había presentado Martín Guzmán. De alguna manera, eso es un aliciente. Sin embargo, hay algunas variables, sobre todo aquellas que están atadas a la macroeconomía, que tienen un alto grado de incertidumbre. Hoy, nosotros no podríamos decir a ciencia cierta si el PBI y la inflación se van a mover de tal o cual forma. A mí me preocupa algo todavía más profundo. Esto es la ausencia de un plan económico concreto. Yo sigo sin ver un plan económico por parte del Gobierno.
¿Cuál es su opinión sobre las fuentes de desarrollo que resaltó el Ministro de Economía?
Él planteaba que, en términos de comercio exterior, tanto la economía del conocimiento, como la agroindustrial, de la minería –fundamentalmente, lo que tiene que ver con el litio– y de las energías van a ser los sectores que van a dinamizar la economía del próximo año. Básicamente, planteaba que eran las variables que iban a contribuir al superávit primario y al ingreso de divisas al país. Todo eso hay que sustentarlo en un plan. Y, como dije anteriormente, hoy ese plan no está expresado en el presupuesto.
¿Y sobre el comercio interno?
Massa relaciona el aumento del consumo interno con el incremento del desarrollo de la construcción tanto de obra pública, como privada. Ahí tampoco se evidencia con claridad un proyecto a futuro. Sobre todo, esto va a depender mucho de cómo se produzca la disciplina fiscal. Todavía no es satisfactoria, pero tiene una tendencia a la baja en el gasto y a la reducción de la presión tributaria. En pocas palabras, yo diría que es un presupuesto que todavía requiere de mucho debate para saber si este paquete de teorías fiscales efectivamente va a funcionar.
¿Considera que presentó más un diagnóstico que un presupuesto?
Claro. Massa presentó un diagnóstico de cómo el encontró el Ministerio y dónde ve el foco de los posibles sectores que pueden contribuir al desarrollo. Por supuesto, hizo un llamado que la oposición escucha y entiende. Me refiero a la responsabilidad que implica que haya cooperación para poder tener sancionado el presupuesto lo antes posible y así, tener un rumbo. Hizo una apreciación con la cual coincido y es que es muy difícil gestionar el Estado sin un presupuesto aprobado. Y la verdad es que siento que, más allá de la discusión del año pasado y del presupuesto endeble del pasado año, es importante que exista un presupuesto. No por nada se llama la “Ley de Leyes”. De hecho, nosotros propusimos cambios para poder aprobarlo lo más pronto posible. Bueno, después la interna del Frente de Todos no lo permitió. El gran problema de gestión que existe ahora, se debe en parte a que falta financiamiento para sostener el gasto público. Sin Ley de Presupuesto, esto no se puede ordenar y habilita el uso discrecional de los recursos.
Ante una inflación que crece cada día, ¿cómo ve un presupuesto viable para el año que viene?
Lo que planteó la Diputada Stolbizer fue la posibilidad de, una vez cumplido el tercer trimestre, hacer un informe de Ejecución Presupuestaria. Y si hubiese una creciente recaudación, hacer un replanteo del presupuesto. Esta modificación debería pasar por el Congreso. No debería ser una decisión unilateral de la Jefatura de Gabinete. Massa se mostró receptivo ante la propuesta. Por supuesto, no dijo ni que sí ni que no. Pero la verdad es que se mostró receptivo. Y ése sería un buen camino para generar una mayoría importante que apoye este proyecto. Esto implicaría la incorporación de un artículo que obligue al Ejecutivo a discutir estas cuestiones con el Legislativo.
Y según su postura, ¿cuáles son las áreas más necesitadas en este momento?
Hay dos cuestiones centrales a tener en cuenta. Una de ellas tiene que ver con la convergencia hacia el equilibrio fiscal. No se puede resolver en un año, pero sí podés trabajar en eliminar privilegios tributarios como es el caso de los jueces con ganancias. También, hay regímenes de promoción fiscal que no están dando resultado o sólo benefician a sectores muy concentrados de la economía que además, no mueven mucho el amperímetro. El ministro nos brindó una lista con todos estos regímenes para que, justamente, en el Poder Legislativo se analizaran. Hay una segunda mirada que tiene que ver más con el mediano y largo plazo, que es la Provincia de Buenos Aires, de donde yo vengo. La provincia está pasando por una crisis terrible. Y eso, particularmente, en términos educativos. En ese sentido, la segunda cuestión es que se debe poner atención en la Educación.
¿Cuál es su diagnóstico de la situación educativa en la provincia?
Estamos haciendo el análisis de cada una de las partidas. Creemos que al presupuesto que se le dio a la cartera educativa le faltan, al menos, unos 150 mil millones de pesos. Esto es para poder reforzar las Becas Progresar. El año que viene vamos a tener más beneficiarios, producto de la crisis económica y, seguramente, habrá que actualizar los montos. Asimismo, daría mucha previsibilidad la reapertura de la paritaria con el cuerpo universitario y también, darle un refuerzo al Fondo Nacional de Incentivo Docente. La idea con esto es poder recuperar lo que se perdió en la cuarentena y la pandemia. También, lo que se perdió en infraestructura con el último ajuste que hizo este gobierno sobre el programa Conectar Igualdad y el de Fortalecimiento Institucional para jardines y demás de las distintas provincias. Además, hay que trabajar en una recapacitación de los docentes, que les permita llevar adelante un proceso de recuperación de contenidos, pero también de las nuevas competencias que hoy está requiriendo el mercado laboral.
Hemos pedido además a las empresas públicas que vengan a charlar con los miembros de las comisiones de la Cámara de Diputados. La idea es saber el origen de sus déficits y ver cómo reducirlos.
