Dardo Fernández: “Las fake news son un invento de la industria periodística del papel”

Dardo Fernández: “Las fake news son un invento de la industria periodística del papel”

El creador de “Diario sobre Diarios” vuelve a lanzar este proyecto y conversó con NU sobre las nuevas reglas en los medios y los sondeos de opinión pública.


¿Cómo surgió Diarios sobre Diarios en el 2001?

Nosotros veníamos de la consultoría política y hacíamos síntesis de prensa, que eran de once páginas. Al hacerlo, comparábamos los títulos de tapa. Nosotros se lo vendíamos a clientes privados. Un día, me entero de que lo vio un periodista amigo y me dice ‘Che, esto es muy bueno. ¿Por qué no lo subís a la web?’. Yo no tenía idea de qué me estaba hablando. A principios del 2000, la web era un mundo de muy poca gente, porque era muy cara la conexión de Internet. La conexión más popular era el dial-up, servicio que pagabas para estar conectado por apenas unas horas. Después de investigar el tema, decidimos subir nuestro material a un sitio que llamamos “Diario sobre Diarios”, que duró hasta ocho meses antes de que terminara el gobierno de Macri.

¿Por qué finalizó el proyecto?

Yo me fui en el 2015 de ese proyecto porque consideraba que habían cambiado las reglas del juego. Aposté a que nadie le iba a importar lo que se dijera en las tapas de los diarios en papel, cosa que ya ocurre hace casi seis, siete años. Hay una caída brutal del diario en papel. Existen diarios nacionales que mantienen la marca, pero la realidad es que están vendiendo no mucho más que dos mil ejemplares.

¿Y por qué cambiaron las reglas del juego?

El mundo cambió, porque las generaciones venideras eran en ese momento los millennials, personas que hoy tienen treinta y siete años y están ocupando puestos de decisión. Los millennials son los que llegaron para consumir medios digitales y no el papel. La Nación y Clarín no renuncian al papel por el peso histórico, pero la realidad es que a nadie le importa. Entonces, usan esa masa de trabajo para redacciones digitales. El problema es que eso no servía porque los analógicos del diario papel no sabían escribir para medios digitales. Ahí, hubo una ola de despidos y jubilaciones que todavía no se terminó. Y se incorporaron muchos jóvenes, mayoritariamente millennials o híbridos.

¿Ustedes cómo se adaptaron a estas nuevas normas?

Nos remixamos y ahora, somos un perfil en X que es @DsDiarios, que acaba de empezar, tomando a todos los seguidores de Diario sobre Diarios. Es una propuesta totalmente distinta. Es verdad que hoy tenemos un público tirando más al analógico, pero estamos mutando para llegar a las nuevas generaciones.

¿Existe algún medio de comunicación digital que hoy esté en riesgo?

Las “punto com”. La generación Z, que viene detrás de los millennials, ya no las consumen. Europa viene estudiando este fenómeno y los análisis muestran que esta generación está en el “social media” también llamado “redes”. Pero “social media” es mucho más que las redes. Abarca las “punto com”, pero hoy funcionan más como un depósito de información por el cual llegás vía redes. Principalmente y en el caso de Argentina, la generación Z está en Tik Tok y muchos de ellos se están mudando a Kick. Esto se produjo a partir de que un líder de esta generación, conocido como Coscu, decidió dejar Tik Tok y emigrar a Kick. Seguro, mucha de la gente que lea esta nota no debe ni saber qué es Kick. Es muy nueva. Instagram se conserva porque es donde permanecen los millennials. Y, hablando mal y pronto, los viejos chotos están en X, ex Twitter.

¿Cree que hay un sector que se niega a ver este cambio?

Van a intentar que las “punto com” sobrevivan de la misma manera que intentaron que sobreviviera el papel. Me acuerdo de una charla con Ricardo Kirschbaum, cuando nosotros empezamos a insistir con la cifra del IVC (Instituto Verificador de Circulaciones), demostrando que se estaban cayendo las ventas del diario en papel. Me llamó Ricardo, fui a la redacción y ahí estuvimos hablando dos horas. No nos habíamos conocido antes. En esa reunión, Ricardo me dijo que no es que Clarín está bajando en ventas, sino que muchos de sus suplementos ahora eran revistas y no diarios. “Esto se llama multi target. Y si vos sumás las ventas de todas las publicaciones por multitarget, en realidad estamos vendiendo más que antes”, me dijo. Yo le contesté que nosotros seguíamos las mediciones del diario Clarín en papel. Bueno, eso mismo está pasando con las “punto com”. Ya están aplicando inteligencia artificial y además, están descargando aplicaciones. Pero no va a resultar. No resultó ni en Europa, ni en los Estados Unidos que recordemos que vienen adelantados en términos de comunicación porque Internet se originó en el hemisferio norte. También, está la gran irrupción de los chinos que está hackeando el sistema de comunicaciones de Estados Unidos. Tienen aplicaciones mucho más refinadas y sofisticadas que los occidentales.

¿Cómo ve al streaming?

El streaming también es “social media” porque es básicamente YouTube. De alguna manera, todos los que hacen streaming le están alquilando un espacio a YouTube. Y no me refiero a Occhiato. Hablo del empresario que crea las diferentes señales. La suerte del streaming va a depender del futuro de YouTube, plataforma que está creciendo de forma extraordinaria desde hace ya mucho tiempo. Hay que pensar que youtubers, concepto que ya quedó viejo porque explotó, hay desde hace quince años atrás. En ese momento, la audiencia eran los millennials jovencitos. Y hoy esos millennials que devinieron en jóvenes adultos son los protagonistas del streaming. Por más que Fantino aparezca con tatuajes y remeras slim and fit (ajustadas en español) va a fracasar. Este medio es eminentemente joven y millennial.

¿Qué va a suceder con la televisión?

La televisión se está vaciando. La publicidad está migrando a YouTube donde es mucho más barata y mucho más rendidora. Además, en YouTube hay varios planos de ganancia. Una de las fuentes de dinero es cuando vos comprás la versión Premium que es mucho más accesible que el precio de pagar cable. Y eso uno lo ve en cómo las familias jóvenes ya no tienen cable en sus casas, sino que tienen smart tvs por donde acceden a todas las plataformas. Ya no necesitan mirar Telefé.

¿Ve algún aspecto negativo de los nuevos medios?

De negativo no traen nada. Todo lo que han traído fueron buenas noticias como el fracaso de esquemas muy reciclados como el de Tinelli o Susana Gímenez. Hay muy buenas noticias en términos de contenidos, de salud para la mente humana. La única razón por la cual se siguen insistiendo con formatos ya viejos es porque existen los sponsors que lo financian. Pero el dinero no garantiza niveles importantes de audiencia. Antes, Tinelli llegaba a medir más de cincuenta puntos de rating. La última vez que salió al aire no superó los trece puntos. Y eso que estaba en el horario central y que no es un completo dinosaurio porque es una persona que busca siempre reinventarse. Esto es un drama para toda la gente que trabaja en este medio.

Muchos sostienen que los nuevos medios generan una ansiedad por obtener noticias que puede resultar en las denominadas fake news. ¿Eso es cierto?

Para mí, las fake news son un invento de la industria periodística del papel, de la radio, es decir, de la industria que se está muriendo. Noticias falsas existieron desde siempre. Lo que pasa es que ahora hay muchísima más información dando vuelta. Hay un estudio que dice que desde el 2000 hasta el 2010, la cantidad de información que se produjo es el doble que lo que se había producido hasta ese momento. Y este cálculo va subiendo geométricamente. Cada vez hay más información y cada vez circula más rápido. Cada vez más nos enteramos de cosas más insólitas y eso es porque cambió la dinámica. Ya no es que una persona se levanta y tiene que buscar la información. Los millennials reciben la información que ellos desean recibir y buscan lo que necesitan en las plataformas digitales. Lo que no necesitan directamente no le dan bola.

¿Los sondeos siguen siendo la principal herramienta para medir la opinión pública? ¿Podemos confiar en las mediciones de la imagen del presidente?

Aresco Aurelio, la empresa de Federico Aurelio, que es la encuestadora más importante del país, dijo, a las veinticuatro horas de que haya asumido Milei, que el presidente tenía 61% de imagen positiva. El 30 de diciembre, Zubán Córdoba, dijo que tenía el 55% de imagen negativa. O sea que ya empezamos de forma rara el tema de los sondeos. Después, el 4 de enero, nobleza obliga, Aurelio baja su 61% a 55%. Desde entonces, han surgido alrededor de dieciséis agencias que publican y difunden sus encuestas. No todas lo hacen porque no quieren someterse al mercado de las percepciones y al uso de los sondeos como una herramienta para operar a favor o en contra del gobierno de turno, cosa que ha ocurrido siempre. Durante todo este tiempo, una gran parte sostenía que la imagen positiva de Milei era mayor que la negativa. Pero siempre había ocho, la mitad del total de encuestadoras del país, que decían lo contrario. Es decir, que esta idea de que la sociedad siempre acompañó a Milei, ahora está puesta en duda. Todo esto lo documentamos en nuestra cuenta de X.

¿Por qué se produce un punto de inflexión en septiembre, mes que peor imagen tuvo el presidente?

La postura de la mayoría de las encuestadoras se pone en jaque en septiembre. Catorce empresas, sobre un total de dieciséis, dicen que el mayor porcentaje de la imagen del presidente es negativa. Esto provocó la reacción del mandatario que en uno de sus actos en Parque Lezama dijo: “Yo mido 55%, pero me reflejan 40% por las mentiras de los periodistas. Caigo 15% por falsedades”. Si lo tomamos seriamente, el presidente quiso decir que mide un 40%. Y lo que está ocurriendo en este momento es algo extraordinario. En lo que va de octubre, deberíamos tener al menos ocho sondeos de la imagen del mandatario. No hay ninguno. Pareciera que el mercado de los sondeos quedó shockeado. Y si no fuera todo digital, diría que están afinando el lápiz. Zuban Córdoba publicó hace dos días un informe que compara la imagen del presidente con la de los gobernadores, pero eso es comparativo y por provincia. No nos sirve. Y hay una más pícara de Aurelio, quien ya sabemos que es el encuestador que se reúne con el Presidente en Olivos. Aurelio difundió una evaluación de la gestión de Milei, cuando antes difundían la evaluación de la imagen del mandatario.

En términos de medición, ¿cuál es la diferencia entre gestión e imagen?

En todos los gobiernos democráticos, ya se sabe en el mercado de los sondeos, que lo primero que cae es la imagen del gobierno. Esto es porque el votante del presidente de turno, lo primero que critica son los otros funcionarios. Es normal ver la frase: “no lo están ayudando a mi presidente”. Para que el votante no quiera más a quien eligió como presidente, tiene que existir todo un proceso social y económico que los lleve a ese cambio de opinión. Primero, se cambia la opinión sobre el gobierno y, por último, la del presidente. En el informe de Aurelio, lo que da es un empate técnico.

¿Qué significa que todavía no estén publicadas las encuestas sobre la imagen del presidente?

Está en juego la concepción que el mismo gobierno instaló. Ellos instalaron que acompañaban el cambio. Y lo que estamos evaluando entonces es si la gente está apoyando este cambio. El tema es que todavía falta una bocha para que se vuelva a votar en este país. Mientras tanto, tenemos a una oposición dialoguista, que sostiene que el ajuste era necesario. Y del otro lado, una oposición confrontativa dice que están destruyendo el Estado nacional, provincial y municipal y cualquier vestigio que queda del Estado benefactor. Entonces, lo que está en juego, en términos de imagen, es esto: si la gente acompaña el cambio, entendido como el ajuste o si acompañan la destrucción del Estado.

Por último, ¿existe alguna manera de descifrar si un sondeo es legítimo o no?

Los sondeos son tomados, en el terreno de la percepción, como pronósticos. Los sondeos son una muestra. Y cuando la muestra no es representativa, el sondeo falla. Así y todo, repito, son tomados como pronósticos. Por eso, el gobierno de turno es el que paga las encuestas. Porque cuando los resultados de las encuestas son favorables a ellos, los utilizan como un capital de auto legitimación. Cuando hay sondeos negativos, pareciera que nadie quiere publicarlos, que es lo que está pasando en la Argentina y que es insólito. Desde Diario sobre Diarios analizamos estas encuestas desde la premisa de que el gobierno necesita tres cosas para seguir teniendo el apoyo de la gente. Primero, mantener la visión positiva, porque todavía falta mucho tiempo hasta la próxima elección. Segundo, el financiamiento externo. Y el tercero tiene que ver con hasta dónde va a crecer la línea de la pobreza. Hoy, gran parte de la clase media se ve amenazada por el crecimiento de la pobreza. Esto es algo que el gobierno tiene que atender de manera urgente.

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