Cómo unir teatro y adolescentes

Cómo unir teatro y adolescentes

Periodistas y docentes, son las autoras de "Cómo formar jóvenes espectadores en la era digital", libro que responde a varios años de trabajo e inquietudes frente al Programa de Formación de Espectadores del Ministerio de Educación de la Ciudad.


Suele decirse que los adolescentes no van al teatro o que sus intereses solo apuntan para el lado del consumismo al que son sometidos. Ana Durán y Sonia Jaroslavsky iniciaron el Programa de Formación de Espectadores al calor de una voluntad: acercar el inagotable teatro independiente de Buenos Aires a los adolescentes para que vean lo mejor de la cartelera porteña. En ese marco, acaban de publicar el libro "Cómo formar jóvenes espectadores en la era digital" (editorial Leviatán), que refleja varios años de trabajo al frente del mencionado programa.

?El libro surge gracias a dos subsidios de Proteatro, uno para investigar y otro para editarlo. La idea de hacer una investigación tuvo que ver con un momento en el que Sonia y yo nos dimos cuenta de que estábamos haciendo muchas cosas pero no estábamos teniendo un sistema de evaluación, más que intuitivo, que nos permitiera pensar varias cosas: cómo estamos haciendo lo que hacemos o qué alcance tiene?, sostiene Jaroslavsky. Durán añade que ?con esta investigación descubrimos también el aspecto de la ciudadanía. Lo que el arte aporta al ciudadano, en términos de democracia y del imaginario de los pibes. También nos sirvió mucho para saber cómo son los adolescentes que vienen, en qué estado están?.

El Proyecto de Formación de Espectadores abarca a escuelas secundarias de Capital Federal, que sean dependientes del Estado, no privadas.

Al respecto, Durán sostiene que no hay que ?entender la Formación de Espectadores como un hecho aislado sino en un contexto. Así surgen preguntas referidas al desinterés de los artistas, la profesionalización del arte, el rol del Estado (en qué medida durante tantos años y aún hoy se sigue lavando las manos), qué pasó con la familia ?primera fuente de sociabilización?, que durante muchos años acompañaba a que el pibe descubriera el mundo y cómo hubo un quiebre en eso. Qué tensiones hay dentro de la escuela y en qué sentido la escuela escolarizó todo lo que toca?.

La relación con los adolescentes siempre sufrió de prejuicios. Que ?están siempre con el celu? o ?no te dan bola?. Durán recalca que trabajar con adolescentes ?es una vocación. Es difícil trabajar con quien no tenés ganas. Para mí, personalmente, es difícil trabajar con chicos de primaria e inicial porque no conozco sus códigos. Pero hay especialistas que lo hacen. Nosotros tenemos vocación por los adolescentes. Hay grupos a los que les podés entrar y otros a los que no. Por ahí, no les entrás la primera vez y sí les entrás en la tercera?.

Jaroslavsky sube la apuesta y sostiene que, ?a veces, la dificultad no tiene que ver con que sean adolescentes sino con problemáticas diferentes. De dónde viene a la escuela, qué situación social tienen esos chicos. ¿Son de una clase social muy baja, de una clase profesional, se creen que se las saben todas??.

Asimismo, hay una visión por parte de los alumnos, bastante particular, que detalla Durán. ?Ocurrió en algunas ocasiones que decían ?esto ya lo vi? y era algo de Rainer Fassbinder, lo cual era poco creíble. O ?¿qué me vas a enseñar vos??. Esto tiene que ver con una desconfianza sistemática y ontológica de los pibes de lo que les va a dar la escuela municipal. Creen que no les va a dar cosas buenas sino porquerías. Ese prejuicio es muy difícil de romper?. Por eso, dice Jaroslavsky, ?para ir en contra de lo masivo, tenés que proponer y proponer algo nuevo?.

La televisión tiene una notoria influencia en los adolescentes. Jaroslavsky sostiene que ?el problema más fuerte de los pibes está vinculado al consumo televisivo, a lo masivo. Siempre nos encontramos en las charla-debate con los artistas tópicos como ?¿vos estás en la tele??, ?no sos conocido?, ?no tenés plata?. Así es el ?éxito? para la televisión y la sociedad. Un consumo de una clase más alta es, ponele, ir al Malba y eso ni siquiera existe en el menú de muchos chicos. Por eso es muy importante habilitárselo de alguna manera?.

Recuerda Sonia esta legitimación a través de la televisión con lo ocurrido al incluir la danza en el programa. ?Cuando empezamos con el proyecto piloto en esa disciplina, en 2010, tuvimos que bajar mucho las pretensiones que teníamos porque el único referente que había, para los chicos, era Bailando por un sueño. Ni siquiera lo tenían a Julio Bocca, que es de otra generación. Más del 90 por ciento de los pibes era la primera vez que veía un espectáculo de danza.? Sin eufemismos, agrega Durán que ?hay un culto por la belleza plastificada del cuerpo. Hay un peso tan fuerte que hace que los pibes, que están colonizados por la televisión, salgan diciendo ?qué buena estaba la minita? en vez de ?qué bueno estaba el espectáculo?. Tiene que ver con eso?.

De todas maneras, ambas profesoras conectan inmediatamente esta situación a otra, que es la de mostrar otro tipo de expresiones culturales. ?Hay gente que puede vivir perfectamente sin haber visto danza o teatro. Lo que sí nos parece es que hay un principio social muy injusto, que tiene que ver con políticas culturales y educativas, y es que la fiesta es para muy pocos. Lo que es para muchos es, en el mejor de los casos, Pol-ka?.

Igualmente, las profesoras señalan que ?los pibes ven televisión pero son muy caseros. En un mayor porcentaje, no ven a Tinelli, sino ficciones como Dulce amor, Graduados. Hacen zapping pero no ven completo a Tinelli ni están esperando que llegue. Sí tienen más contacto con la computadora y con el Facebook?.

Finalmente, sobre la relación que tuvo el Programa de Formación de Espectadores con el Gobierno de la Ciudad de Buenos Aires, recuerda Durán: ?Nosotros empezamos con Roxana Perazza, durante la gestión de Aníbal Ibarra. Fue una iniciativa nuestra y la llevamos junto al Instituto Nacional del Teatro (INT). Empezamos a crecer, y anexamos cine, danza y tenemos, en algún momento, expectativas con música y artes visuales. Hasta ahora fue todo crecimiento, con todas las dificultades que tiene el trabajar con la falta de insumos, de computadoras, gráfica o determinadas cosas. En las últimas dos gestiones, en la primera pudimos seguir bien con nuestro trabajo pero ahora se está complicando un poco aunque no solo para nosotros. Estamos viendo que todos los programas socioeducativos que fueron aprobados por la Legislatura para entrar en el Estatuto están sufriendo un importante descuido. De todas maneras, tenemos cierta autonomía en el sentido que el programa tiene mucha fuerza y el alimento espiritual, que nos entusiasma, es el de los docentes y los chicos. Mientras eso siga funcionando, dependemos de los subsidios de Proteatro y Prodanza, y los convenios con las distintas instituciones donde proyectamos cine. Así que siempre tuvimos, en alguna medida, cierta independencia. Una pata en el Ministerio de Educación ?somos agentes del Estado? y el programa que se subsidia por el interés de la comunidad teatral y de la danza.

DEBUT EN SOCIEDAD

El libro "Cómo formar jóvenes espectadores en la era digital" se presentó el martes 18 de septiembre, a las 19, en el Museo del Libro y de la Lengua de la Biblioteca Nacional (avenida Las Heras 2555), con entrada libre y gratuita. La obra, además, cuenta con la colaboración de Pedro Antony y Belén Parrilla. El prólogo está a cargo de Rubén Szchumacher y Eva Miranda.

Participaron de la mesa de presentación la socióloga María Pía López (directora del Museo del Libro y de la Lengua), el artista de teatro Rubén Szchumacher, el sociólogo Marcelo Urresti y el profesor de Literatura Emiliano Rebecchi.
Si alguna escuela estatal tiene interés en ponerse en contacto con el Programa, debe mandar un e-mail a formaciondeespectadores@gmail.com y dejar sus datos o los del docente que lo solicita.

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