Por Daniel Galvalizi
Desde hace meses, una de las tantas versiones que circulaban en cuanto al armado del Frente Renovador era que Joaquín de la Torre era una de las espadas que analizaba utilizar Sergio Massa para pelear la sucesión del gobernador Daniel Scioli.
Sin embargo, De la Torre siempre fue reacio a dar indicios de ello y por ahora no puso en marcha estrategias de recorrido territorial, como sí lo hicieron el jefe del bloque en Diputados, Darío Giustozzi, o el intendente Gustavo Posse.
Consultado por NU, el jefe comunal de San Miguel se niega a aceptar siquiera su interés en la gobernación y afirma: “Yo quiero ser un intendente con un amigo Presidente”, en alusión a su subordinación personal al proyecto nacional de Massa.
Uno de los obstáculos que encuentra De la Torre en impulsar su postulación sería que estaría forzado a dejar de acompañar a Massa en las giras bonaerenses y nacionales, y por ahora, esa es su prioridad.
A su entorno, le reconoció fuera de micrófono que si con el acompañamiento de Massa y levantando un perfil desde ese lugar los números le son más favorables, podría analizar el año que viene jugar por el máximo sillón de La Plata.
Al propio Massa se lo escuchó en alguna oportunidad decir que al mandamás de San Miguel lo quiere trabajando “para lo nacional”, y prefiere que la contienda bonaerense se dirima entre Giustozzi, Posse y, más relegado, Cariglino.
Fuentes de la cúpula del FR dejaron trascender que De la Torre no siempre fue tan allegado a Massa y que la cercanía entre ambos se profundizó durante la campaña.