De Loredo incómodo con Lousteau y crítico de LLA: “Un psiquiátrico”

De Loredo incómodo con Lousteau y crítico de LLA: “Un psiquiátrico”

El diputado radical disparó con munición gruesa.


El diputado radical Rodrigo De Loredo se mostró incómodo con la postura de Martín Lousteau, quien preside la UCR. Cuestionó la visión “porteña” del senador y señaló que “no representa los valores federales del partido”.

Además, lanzó una dura crítica al bloque de La Libertad Avanza (LLA), liderado por Martín Menem, al que calificó como “un psiquiátrico”.

De Loredo expresó su incomodidad con la presidencia de Lousteau en la UCR. Aunque reconoció las virtudes del senador como político, destacó que su enfoque hacia el gobierno de Javier Milei rompe con los principios democráticos y de paciencia que, según él, deberían caracterizar al radicalismo.

“Martín es una persona intelectualmente honesta, estudia los temas y está por encima de la media en política. Pero no puede romper un principio democrático siendo inmediatamente ultra opositor a un gobierno al que deberías darle tiempo”, afirmó De Loredo.

De Loredo insistió en que la UCR no se ve representada por una agenda centralista o “porteño-centrista”. Considera que el liderazgo de Lousteau no refleja la representación territorial del radicalismo, particularmente el “radicalismo potente y productivo” del interior del país.

En su opinión, ser presidente de un partido con 130 años de historia requiere una visión que vaya más allá de los intereses personales y que asuma la responsabilidad de una conducción colectiva. Esta crítica pone de manifiesto las tensiones internas en el partido, donde las diferencias entre el ala más federal y la más urbana se hacen cada vez más evidentes.

Los posicionamientos radicales

Otro punto que De Loredo abordó fue la falta de reacción por parte de la UCR en relación con la posible designación del juez Ariel Lijo como miembro de la Corte Suprema de Justicia. Para De Loredo, este silencio es “estruendoso” y refleja una carencia de liderazgo en temas cruciales para la democracia argentina.

“El radicalismo es el partido de la institucionalidad y la razonabilidad o no es nada”, sentenció, dejando claro que espera una respuesta más firme y decidida del partido.

Cuestionamientos al oficialismo

De Loredo no se guardó críticas hacia La Libertad Avanza (LLA), el bloque liderado por Martín Menem. En un tono contundente, describió al grupo como “un psiquiátrico”.

“Martín Menem tiene un psiquiátrico en el bloque. Con los problemas que tengo en el radicalismo, veo eso y digo ‘no estamos tan mal’”, comentó De Loredo, comparando la situación interna de su partido con lo que percibe como un “caos” en La Libertad Avanza (LLA).

El legislador también realizó un análisis detallado sobre los primeros meses de gestión de Javier Milei, identificando lo que él considera son los “cuatro vectores” clave del gobierno: el económico, el desregulador, el institucional y el cultural.

En cuanto a los primeros dos, De Loredo expresó su acuerdo y destacó que el ajuste fiscal y las políticas de desregulación eran necesarias y las describió como una batalla “incluso cultural” que trasciende las divisiones tradicionales entre izquierda y derecha.

“Los equilibrios fiscales no tienen color político; el ajuste era necesario, y las decisiones del ministro de Desregulación y Transformación del Estado, Federico Sturzenegger, eran muy necesarias”, afirmó.

Destacó un tercer factor: el “coraje político” y la “autoridad” de Mile. Además, señaló que la rapidez del ajuste económico, incluida la devaluación de diciembre, elevó los niveles de pobreza, pero resultó difícil atribuirle completamente la responsabilidad a un gobierno que llevaba 20 días en el poder. “Este conjunto de factores explica por qué existe una relativa calma social en medio de una recesión tan profunda”, concluyó De Loredo.

Sin embargo, el dirigente radical se mostró crítico respecto a los aspectos institucionales y el culturales del Gobierno y consideró que la manera en que Milei abordá al Parlamento, la justicia y la prensa es “violenta y poco conducente”. Además, describió la dimensión cultural del gobierno como “conservadora absolutamente”, alejándose de los principios liberales que Milei y su equipo promueven en su discurso.

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