Tras la reunión del Foro de Convergencia Empresarial (FCE), llevado a cabo este jueves, en el que referentes del mundo empresarial expusieron sus demandas y preocupaciones a los principales precandidatos presidenciales, el diputado massista y ex titular de la Unión Industrial Argentina, José Ignacio De Mendiguren, afirmó que “en el mundo de hoy no se objeta el rol del Estado”. Aunque destacó la importancia de que esa intervención se lleve adelante con “eficiencia”.
“Hoy ya todo el mundo entiende que tiene que haber un Estado que intervenga y articule. Lo que sí es claro es el capítulo de la eficiencia”, dijo De Mendiguren, quien ejemplificó: “El gobierno norteamericano compró compañías de seguros, intervino en bancos”.
Mientras que al ser consultado por el periodista Jorge Chamorro (radio América) sobre el desinterés del empresariado en conversar con el gobierno de Cristina Kirchner, por tratarse de una administración saliente, el ex ministro de Producción de Eduardo Duhalde celebró “que el futuro se debata”.
De todos modos, sí aclaró: “Creo que la dirigencia que tiene una representación más concreta, que es votada por sus sectores, como lo que está conformado dentro del G-6, tiene la obligación de estar en contacto con la gestión del Gobierno que eligió la gente. Por lo que sería imposible no hablar y decir ‘hablamos con los políticos que están por llegar’, porque el país no se para hasta el 2015. Así que si, por ejemplo, yo tengo una entidad que es una cámara nacional, o que no tiene esa responsabilidad, puedo, a lo mejor, tener esa posición”.
Por otra parte, y en relación a la búsqueda de una solución para la situación actual de la economía, De Mendiguren señaló: “Mi visión desarrollista hace que esto hay que abordarlo de forma multisectorial”. Y recordó: “Los empresarios éramos los mismos cuando el país crecía al 9 por ciento”.
En consecuencia, el dirigente del Frente Renovador pidió “salir de este escenario de buscar enemigos, de confrontación, de blanco-negro, de amigo-enemigo”. Ya que “eso nos aleja del círculo virtuoso que la argentina recorrió en otro período”.
“La democracia es la administración de esos legítimos disensos. No veo correcta la profundización de la confrontación como un modo normal de convivencia. El Estado tiene como una de sus principales funciones, ser el responsables de administrar esos disensos”, concluyó el ex titular de la UIA.
