El uso, producción, importación y comercialización de fibras de asbesto o amianto y de los productos que la contengan está prohibida en todo el país. Así lo dictaminan las resoluciones nº 845 y 823 firmadas por el ministro de Salud de la Nación, Héctor Lombardo. "Esto es una buena noticia, solo que nadie se enteró de ella", sostuvo Antonio Brailovsky, Defensor del Pueblo Adjunto de la Ciudad de Buenos Aires.
Las fibras de asbesto son livianas y se introducen por vía respiratoria en los pulmones, donde provocan lesiones irreversibles. La enfermedad que produce se llama "asbestosis" y puede provocar cáncer. Por esto mismo el asbesto está siendo prohibido en muchos países. Y la Argentina es uno de ellos.
Sin embargo, este material sigue presente en innumerables elementos como tanques de agua, bloques de fibrocemento, los uniformes de bomberos, pastillas de freno, algunos plásticos, papeles, guantes de amianto, planchas, hornos a microondas, telas, secadores de pelo y estufas; además de hacerse presente en miles de edificaciones en todo el mundo. La forma mas utilizada del asbesto (una variedad llamada anfiboles) está prohibida en nuestro país desde diciembre de 2000. A partir de septiembre pasado se agregaron a esta prohibición una serie de productos como filtros, juntas, pinturas, pastas y contenedores de la variedad llamada crisotilo.
Aunque la prohibición total regirá a partir de enero del 2002, luego de una disposición del Ministerio de Salud de la Nación, aún quedan productos que se comercializan. Esto fue denunciado recientemente por el defensor del Pueblo Adjunto de la Ciudad, ya que "nadie está haciendo cumplir" la prohibición. "Hasta ahora ningún organismo del Gobierno porteño se hizo cargo de controlar y decomisar la mercadería prohibida", manifestó el ombusdman. "El primer paso es que se designe a un área del gobierno que se encargue, que podría ser Medio Ambiente", propuso Brailovsky.
"Tanto en las ferreterías barriales como en las grandes exposiciones de materiales de construcción -como es el caso de FEMATEC- se siguen vendiendo los productos sin darse por enterados; y hasta en las facultades de Arquitectura no les dicen a los arquitectos que quien construye con asbesto es responsable de muchas muertes", concluyó Brailovsky.