Hace medio siglo las mujeres argentinas votaron por primera vez

Hace medio siglo las mujeres argentinas votaron por primera vez

El 11 de noviembre de 1952, hace ya medio siglo, las mujeres argentinas votaron por primera vez. La Ley del Voto Femenino había sido sancionada cuatro años antes, impulsada por la infatigable voluntad de María Eva Duarte de Perón.


En enero de 1951 el presidente Juan Domingo Perón indultó al jefe del radicalismo Ricardo Balbín, quien luego de ser despojado de sus fueros parlamentarios, hacía casi dos meses que estaba preso, condenado por "desacato" a la investidura presidencial.

Por esos días, una fuerte huelga de trabajadores ferroviarios no respetaba ni siquiera la mediación de Evita. A su vez, la CGT se había hecho cargo del diario La Prensa, que había sido expropiado por el Gobierno.

La Unión Cívica Radical, en tanto, proclamaba a Ricardo Balbín como su candidato presidencial, secundado por Arturo Frondizi, para enfrentar a Juan Domingo Perón, que, nuevamente acompañado en la fórmula por el yrigoyenista Hortensio Quijano, iba por su reelección.

La Argentina, fruto del empeño de Fabricaciones Militares, inauguraba su primer alto horno siderúrgico. Estaba en la jujeña localidad de Zapla. La industria aeronáutica nacional, mientras tanto, daba un gran salto con la experimentación del avión a reacción Pulqui, diseñado por el experto alemán Kurt Tank.

Nuestro país también ingresaba al reducido grupo de países con capacidad de manejar la energía nuclear con fines pacíficos, al crear el gobierno la Comisión Nacional de Energía Atómica, a pesar de las críticas de los voceros de las grandes potencias.

Los principales cines de Buenos Aires, por su parte, estrenaban la exitosa película "Los Isleros", con Tita Merello y Arturo García Buhr, un drama en el que Mario Soficci contaba las viscisitudes de los pobladores ribereños. Al mismo tiempo, los libros "Misteriosa Buenos Aires", de Manuel Mujica Láinez y "La Vida es Breve", de Juan Carlos Onetti, sobresalían entre las principales obras nuevas, mientras se publicaba la primera edición del libro de Evita, "La Razón de Mi Vida".

En la vida deportiva, la mayor euforia pasaba por el primer campeonato mundial que traía desde Europa Juan Manuel Fangio. Mientras, aquí en la Argentina, el "Cabezón" José Froilán González ganaba el Gran Premio que se disputó en el circuito de la Costanera Norte y el "Aguilucho" Oscar Alfredo Gálvez ganaba las Mil Millas y el Premio Reelección.

Se sumaba el "caballo del pueblo" como era reconocido el crack Yatasto que , ante una multitud, incorporaba el Gran Premio Jockey Club a su cuádruple corona.

Los primeros Juegos Panamericanos de la historia, que aquel año se realizaron en Mar del Plata, se sumaban a las alegrías de los argentinos con el deporte, cuando el recordado Delfo Cabrera ganaba el Maratón.

La vida política, no obstante, avanzaba agitada hacia las nuevas elecciones. Eva Perón, ante un millón de almas que cubrió la avenida 9 de Julio, enferma y acosada por las presiones de sectores militares, renunció a ser vicepresidenta, en un dramático discurso.

Un mes después, los mismos militares, encabezados por el general Luciano Benjamín Menéndez, se atrevieron a un alzamiento, que fue inmediatamente sofocado. Todos los golpistas, entre los que estaba Alejandro Agustín Lanusse, fueron a parar a la cárcel.

En los últimos días del año, se iría , enfermo y triste, el narigón Enrique Santos Discépolo, con quien nuestro pueblo aprendió a denunciar -cantando- la cultura de que es "lo mismo un burro, que un gran profesor."

En ese marco, las mujeres argentinas pudieron votar por primera vez en una elección presidencial, a pesar de que la ley que las habilitaba había sido sancionada hacía cuatro años, bajo el impulso de Eva Perón. Por entonces, Evita aludió a los diputados que se oponían a esa ley diciéndoles que "levantaron su voz de ventrílocuos, respondiendo a órdenes ajenas a los intereses de la Patria."

Al fundamentarla, Perón dijo que quienes se oponían a la ley mostraban "resabios de incultura y de incivilización, propios de pueblos primitivos (…) Son esos resabios los que han permitido llegar hasta 1947 con la mujer relegada a un lugar secundario en la vida de este pueblo, cuando ella es la formadora de la nacionalidad, ya que es la primera maestra del niño desde su cuna misma, donde comienza a enseñarle al hombre que debe ser honrado, virtuoso y patriota."

Sobre un total de 8.623.646 ciudadanos empadronados, las mujeres sumaban 4.225.467 (48,90 %). Cuando fueron abiertas las urnas de aquellas primeras "mesas femeninas", revelaron que el 63,9 por ciento había respaldado la reelección de Perón y un 30,8 había optado por el radicalismo. El resto de los sufragios era para los conservadores (2,2%), votos en blanco (1,6%), los comunistas (0,8 %) y los socialistas (0,6%). La mujer argentina dejaba de ser ciudadana de segunda.

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