Las veredas se transformaron en aulas y los alumnos estudian sentados en el piso. Desde allí escuchan el dictado, que la docente de Literatura no llegó a completar en el aula: hubo que interrumpir la clase cuando una amenaza de bomba en la escuela contigua al Colegio Nacional de Quilmes hizo que evacuaran los dos edificios, ya que comparten una medianera.
El dictado improvisado en una esquina quilmeña, con alumnas apoyadas contra la enredadera de una casa. No se trata de un hecho aislado: según fuentes del Ministerio de Seguridad bonaerense, sólo entre el viernes y este lunes se produjeron 400 llamados amenazantes a escuelas de la Provincia. En algo más de un mes, las llamadas fueron 2.800.
En ese contexto, algunos alumnos del Nacional de Quilmes completaron la clase de Literatura en la calle, mientras esperaban que se revisara el edificio del Normal, algo que demoró unos veinte minutos.
El Colegio Nacional ya había estado en el centro de la escena luego de que un docente de esa institución resultara aprehendido e imputado por realizar una amenaza de bomba al establecimiento y, tras el allanamiento de su casa, también por la tenencia de un arma sin la documentación correspondiente. En el mismo procedimiento, le secuestraron seis teléfonos celulares.
El de la profesora de Literatura improvisando el dictado en una esquina no fue el único caso en el que los docentes decidieron avanzar con la clase a pesar de las amenazas. En la plaza frente a la escuela primaria Bernardino Rivadavia, ubicada en pleno centro quilmeño, las maestras reunieron a los alumnos de 1° a 6° grado en rondas y continuaron con las actividades pedagógicas que habían tenido que interrumpir por una amenaza de bomba en la institución.
La mamá de un alumno de esa escuela expresó: “Los chicos están aterrorizados por lo que está sucediendo. Hace un mes que estamos así, todos los días hay una amenaza. Es muy bueno que las maestras se preocupen por continuar las clases de los chicos, aunque hay muchos chicos que, por las constantes amenazas, no vienen y entonces pierden días de clase”. Según contó, la práctica de formar rondas en la plaza ya se aplicó varias veces “aunque en días lluviosos los chicos tuvieron que ser llevados a la catedral, y no se les permitió el ingreso más allá del alero”.
Ariel Domene, secretario de Cultura y Educación de Quilmes, explicó: “El protocolo de evacuación es el mismo en todo el Conurbano. Se saca a los chicos fuera del establecimiento, entra un equipo de bomberos, inspecciona y, una vez completada la revisación, los chicos vuelven a entrar. En nuestro partido las llamadas fueron tan reiteradas que el equipo de bomberos hasta ha ganado velocidad”.
La problemática no se concentra sólo en Quilmes, sino que atraviesa el Conurbano bonaerense. Este lunes una chica de 13 años declaró ante la fiscalía de menores de Ituzaingó, tras ser citada junto a su madre, por haber llamado a su escuela y realizar una amenaza de bomba.
Daniela Barroso, de la UFI 6 de Morón informó: “Lo que ellos manifiestan es que es una broma, lo cuentan como algo gracioso, sin darse cuenta de que en realidad lo que hacen es muy grave. Dicen que se los dijo una amiga o que se lo pidieron. No son conscientes de las consecuencias. Son hechos de mayor gravedad que una amenaza simple porque pone en riesgo la seguridad pública”.
Fue en este escenario que el Gobierno bonaerense decidió llevar adelante demandas por daños y perjuicios contra los padres de aquellos alumnos menores de edad que sean identificados como autores de amenazas de bombas a las escuelas.