El viernes último, la organización Defendamos los Animales, a través de la Asociación Civil “Los callejeritos de Flores”, presentó una denuncia contra el director del Instituto de Zoonosis Dr. Luis Pasteur, por la interrupción de los turnos de castración y la atención veterinaria que el organismo se niega a brindar desde el pasado 4 de mayo argumentando estar contemplado por el DNU presidencial. Sin embargo, tanto en la esfera privada como en la pública, el servicio de veterinaria cumple una función esencial que está contemplada en el decreto 125/2021 dictado por el poder ejecutivo.
La situación de los animales en la Ciudad de Buenos Aires se ve perjudicada diariamente debido a la falta de aplicación de la Ley 4351 que obliga a la creación de 15 Centros de Atención Veterinaria a lo largo de las 15 comunas del territorio porteño. El cese de las actividades del instituto Pasteur es parte de la larga lista de incumplimientos legales que lleva adelante el gobierno de la Ciudad, perjudicando la salud y la calidad de vida de los animales.
Desde las diferentes organizaciones y ONGs protectoras de animales nucleadas en “Defendamos los animales” señalaron que el Pasteur no solo pone como excusa el decreto presidencial sino que propone lo contrario a su aplicación, negando una esencialidad que quedó ratificada al exigir la vacunación para todo el personal que brinda actividad en el organismo público, además afirmó que “ en una economía atravesada por la pandemia, la Ciudad deja sin servicios a la gente que más los necesita”.
A su vez, la Asociación Protectora San Francisco de Asis manifestó el descontento con la decisión del instituto vía Twitter, evidenciando la suspensión de castraciones y vacunación antirrábica en el Pasteur e invitando a la comunidad a reenviar un mensaje que advierte el peligro que esta decisión trae aparejada. Por su parte, la organización sin fines de lucro “Sin Zoo”, reafirmó la esencialidad de los servicios de veterinaria y explicó que el instituto “pone en riesgo a toda la población de la Ciudad” y termina beneficiando al sector privado “que no cierra y cobra precios altísimos”.
El Instituto Pasteur difundió un mensaje en defensa de las acusaciones pero evitó señalar los fundamentos jurídicos que amparan su decisión unilateral. Cabe destacar que el Pasteur es el único centro de Zoonosis vigente en la Ciudad y la suspensión de sus actividades provoca un perjuicio enorme para toda la comunidad. El trabajo incansable de las organizaciones proteccionistas por cambiar el paradigma del trato hacia los animales y brindarles el valor que merecen no basta por sí solo, necesita el acompañamiento de un Estado que regule y cumpla con las pautas legales que rigen a nuestra sociedad.