El bar del Cabildo de Buenos Aires funcionó durante 15 años, aunque desde 2013 había dejado de pagar el canon para usar las instalaciones del histórico solar. Como la empresa que explotaba el lugar judicializó el tema, el lugar recién pudo ser desalojado el martes 19 de septiembre.
La historia comenzó en noviembre de 2002, cuando se le asignó el espacio por un convenio entre el Museo Nacional del Cabildo y la Comisión Nacional de Monumentos, de Lugares y de Bienes Históricos a la fundación Fondo para el Patrimonio Argentino “para ser destinado a actividades inherentes al objeto de dicha institución”, según menciona La Nación.
“Dejaron de pagar cualquier alquiler, era gratis, estaban colgado de la luz, era todo trucho. Supuestamente, en cualquier momento los podíamos desalojar, pero presentaron reclamos judiciales. Ahora se pudo retirar todo y estamos trabajando”, aseguró el ministro de Cultura de la Nación, Pablo Avelluto, en diálogo con ese medio.
“Para nosotros fue un gran triunfo. Son cosas que parecen menores pero que no lo son. Son sectores que quieren tener un privilegio y se enquistan ahí. Tenían acceso por las dos calles, Hipólito Yrigoyen y Avenida de Mayo. Y el Cabildo no está para eso. Era un restaurante con mesas, con conexión de gas clandestina. Un ejemplo de lo que está mal en la Argentina. Nos costó dos años que la Justicia actuara”, señaló Avelluto.
El problema no solo reside en la informalidad de la permanencia de este bar, sino también en sus condiciones: ocupaba más del espacio público admitido por la ley y generaba residuos, suciedad y plagas. Al entenderse desde la perspectiva de que se encuentra en un edificio histórico, el bar representaba un riesgo tanto para el patrimonio arquitectónico como para sus bienes culturales.
Marcelo Panozzo, secretario de Patrimonio del Ministerio de Cultura de la Nación, asegura que lo que se quiere es “facilitar la experiencia para el visitante, que no se choque con sillas”. “La confitería se extendía por el patio. Hay que mejorar la circulación, recuperar la espacialidad. Hay un proyecto arqueológico que estaba demorado por esto. Queremos hacer una pequeña excavación. Vamos a instalar un ascensor de vidrio, porque hoy no hay acceso para discapacitados”, señaló.
“En una excavación se encontraron restos de distintas épocas. Tenemos otros casos de museos donde hay concesiones a particulares. No estamos en contra de que haya bares, pero hay bares y bares. En un lugar como el Cabildo, que está rodeado de bares lindos, no era necesario”, agregó a continuación.
De cara a su futuro, Federico Fischbarg, director nacional de Museos, explicó cuáles son los planes para el lugar que ocupaba el restaurante: “Vamos a recuperar todo el espacio que ocupaba la confitería y se van a hacer excavaciones. Vamos a monitorear si debajo existe una cisterna que se usó para tirar la basura cuando dejó de funcionar. Ahí se pueden encontrar utensilios de la vida cotidiana y desperdicios que sirven para estudiar la época. También estamos viendo la posibilidad de que existan túneles de la época de la colonia que conecten con la iglesia de San Ignacio, en la Manzana de las Luces”.