La realidad del país se encuentra en los números: en lo que va de este año, se perdieron 94.300 empleos en blanco, a sabiendas de que los empleos en negro suelen ser muchos más. Son datos arrojados por el Ministerio de Producción y Trabajo de la Nación.
En tanto, desde enero del 2018, la destrucción de puestos de trabajo alcanza los 300 mil. Según los funcionarios de la cartera, este alarmante panorama que empeora mes a mes, refleja “un escenario de estabilidad” y aseguran que todavía no se han visto mejoras relevantes, porque actúan “con cierto rezago”.
Es por eso que sostienen que en vez de hacer comparaciones contra el mismo mes del año anterior, hay que ver la evolución intermensual. Sin embargo, el sendero tampoco se altera siguiendo esta metodología. De acuerdo a los propios datos oficiales, en mayo se reportaron 16.800 empleos menos que en abril.
De este universo, el peor cuadro se hace presente en los asalariados del sector privado con una contracción de 36.000 vacantes, seguido por los monotributistas sociales (-3.400). En el sentido opuesto, puede verse un repunte del sector público (16.500), de los monotributistas generales (6.100) y de casas particulares (1.600), rubros que usualmente no se los asocian a “empleo de calidad”.
Dentro de los asalariados privados, las ramas más afectadas en términos intermensuales fueron “Industria” (-8.600 vacantes), “Comercio” (-5.600) y “Agricultura” (-6.600). Por el contrario, sólo se ve un crecimiento en “Enseñanza” (1.700) y de escasos 100 puestos de trabajo en “Minas y canteras”.
Por otro lado, los datos de la cartera de Dante Sica mostraron una nueva baja del salario real, aunque en una proporción menor en relación a los últimos cuatro meses. Mientras que en diciembre la remuneración real promedio había retrocedido un 9,8% a nivel interanual, en esta oportunidad lo hizo un 8,9%, acumulando once meses de caídas consecutivas.