A partir de este viernes rige la prohibición de “entrega, uso y expendio” de sorbetes en la Ciudad de Buenos Aires con el objetivo de “limitar el uso de plásticos” y “reemplazarlos por materiales más sustentables”. Según advirtieron desde el Ministerio de Ambiente y Espacio Público porteño habrá “severas multas” para quienes incumplan la medida.
La medida alcanza, entre otros lugares, a “hoteles de cuatro y cinco estrellas, shoppings, galerías y centros comerciales a cielo abierto, locales que posean una concurrencia de más de 300 personas por evento y establecimientos de cadenas comerciales”, precisaron.
Desde el organismo señalaron que los vecinos “podrán denunciar el incumplimiento de esta norma a través del canal de reclamos y solicitudes de la Ciudad”. “Hace seis meses impulsamos esta resolución, con el claro objetivo de lograr el abandono del uso de sorbetes. Hemos tenido una buena experiencia con las bolsas y creemos que debemos limitar los plásticos de un solo uso, que podemos reemplazar con costumbres más sustentables”, señaló el ministro Eduardo Macchiavelli.
La prohibición fue establecida por la resolución “816/MAyEP/2019”, que se desprende de la ley de Gestión Integral de Residuos Sólidos Urbanos, que en mayo pasado inició el proceso de abandono del uso de ese tipo de productos plásticos, detalló la cartera en un comunicado.
Antecedentes
La Ciudad de Buenos Aires no fue la primera localidad en prohibir el uso de los sorbetes. Antes ya lo hicieron Pinamar, Villa Gesell, Mar del Plata, Mar Chiquita, Mendoza y Ushuaia.
En enero de 2017, el Ministerio de Ambiente y Espacio Público porteño había resuelto prohibir la “entrega gratuita o venta de bolsas plásticas tipo camiseta” en “hipermercados, supermercados y autoservicios de alimentos y bebidas utilizables para el transporte de mercaderías”, con el fin de “mejorar el medio ambiente”.
Desde la cartera indicaron que el sorbete “es el cuarto residuo plástico más común en las costas y océanos” y que “pueden tardar entre 150 y 400 años en descomponerse”. Además, dos millones de sorbetes al mes son consumidos sólo en patios de comidas de shoppings porteños, según la Agencia de Protección Ambiental.
Hacia la prohibición total de los descartables
En marzo pasado, el Parlamento Europeo prohibió toda la circulación de plásticos “de un solo uso”, en el territorio de todos los países que forman parte de la Unión Europea. Según la norma aprobada con 560 votos a favor, a partir de 2021 ya no podrán circular cubiertos y platos, hisopos, pajitas, revolvedores de bebidas y palitos destinados a sujetar globos.
La prohibición incluyó también los productos elaborados con plástico oxo-degradable, los que suelen denominarse como “biodegradables”, y los envases de telgopor (poliestireno expandido) usados para trasladar comida.
“El plástico envenena nuestros mares, mata a sus habitantes y nos amenaza a nosotros al final de la cadena. Era urgente actuar”, celebró la sanción la belga Frédérique Ries, una de las eurodiputadas que impulsó la iniciativa.
El Parlamento europea fue más allá y en la misma ley incorporó mayores exigencias en cuanto a la gestión de residuos y la responsabilidad ampliada del productor, bajo el principio “quien contamina paga”. El ejemplo concreto recayó sobre las tabacaleras, que a partir de 2023 deberán hacerse cargo de la recolección y reciclado de las colillas de los cigarrillos.
De acuerdo a un informe de la Comisión Europea, el 49 por ciento de los residuos hallados en la costa corresponden a plásticos de un solo uso.