Vamos directamente al grano:
1) Pone como candidato a Presidente a alguien que tiene muy buena relación con el establishment, con Clarín, con la Corte y con Estados Unidos. Todos los enemigos de fuste que tenía CFK, alguno más que otros, pero ahora se puede hablar con todos de todo.
2) Al peronismo federal o sea toda la vertiente no kirchnerista, le facilita mucho -si lo desearan- el trabajo de acercamiento al 35 por ciento de los votos de Cristina. Ya no habrá que hablar con ella sino con Alberto. Y eso no es poco para cerrar mejores acuerdos. Y juntos suman para ganar.
3) Si no chocan la calesita, Alberto y Juan Schiaretti encontrarán la fórmula para desalojar a Mauricio Macri del poder. Ya sea juntos o separados pero sin perjudicarse. Tienen muchas variantes ante el escenario que se abre y sería raro que no las aprovechen dos personas inteligentes. Conocen y saben que tendrán de recompensa el 10 de diciembre.
4) El oficialismo está obligado a mover las fichas y aquí se abre de nuevo el juego a todos los planes posibles. En todos ellos, es bastante difícil que Macri – a pesar de Peña- logre sostenerse en la candidatura. Los números son muy malos en el país y ya Cris no está enfrente de modo directo. El tema es que desatendieron a todos los que sponsoreaban esos cambios y ahora estos buscan otros horizontes.
5) Una alternativa posible para Cambiemos, quizás la mejor de todas las que pueden generar, es abrirle la coalición a todos los que no acuerdan con el nuevo eje que debuta hoy, o sea crear la Unión Democrática del siglo XXI e ir a pato o gallareta con eso. PRO, Radicales, peronistas disidentes, y todo aquello que no entre del otro lado. Será difícil que esta versión de la UD cuente con el apoyo de la izquierda, como la otra. Ahí hay alrededor de un 10 por ciento que no cierra acá, es contra absoluta del oficialismo.
6) Seguir obstinados en el esquema actual hacia la sociedad para el Gobierno es ahora sí un suicidio político. No pasará nunca el 30 por ciento. Y casi como techo. Las PASO darán la primer pauta de ello. Cambiemos debe Cambiar.
El oficialismo está obligado a mover las fichas y aquí se abre de nuevo el juego a todos los planes posibles. En todos ellos, es bastante difícil que Macri – a pesar de Peña- logre sostenerse en la candidatura.
7) No está claro que hará Scioli con su candidatura en esta instancia. El escenario para Alternativa Federal, se debilita ante la deserción de CFK a la Presidencia, ya que permite fugas gratis de este sector hacia el otro que antes costaban caras. Massa es el ejemplo más claro de esto.
8) Alberto Fernández y Cristina hasta discutirán en la campaña si es necesario, para que cada uno pueda mantener o construir lo suyo. Luego, si ganaran, uno será Presidente y otra líder. Deben tenerse confianza para resolver eso. El país es muy presidencialista. Y con tanta historia, a ver si esto solo es una prueba y los Fernández alteran el orden a último momento.
9) Ella mantiene la sintonía de Rusia y China que la siguen acompañando, sobre todo si su apuesta es potencialmente ganadora. El desafío geopolítico de Alberto y otros, en este mundo multipolar es volver a acercar a Estados Unidos, que quiere hacer todo lo posible para estar bien con Argentina. Además Macri ya los tenía un poco cansado con su falta de logros. Apostarán doble -como casi siempre- los yankis, o sea Donald Trump. Y además quieren que paguemos, para eso hay que crecer.
10) La decisión que tome – y dimensión que logre- el grupo que comanda Juan Schiaretti será clave en los próximos 10 días. La Convención radical se pone picante de nuevo. Ambos polos inclinan la balanza para el lado que más les convenza o convenga.