Diputados de la UCR cuestionan a De Loredo y crece la grieta interna

Diputados de la UCR cuestionan a De Loredo y crece la grieta interna

De los 34 legisladores del bloque radical, más de diez critican la presidencia del cordobés.


La desorientación política sacude al radicalismo y lo pone a prueba. Después de los embates discursivos que le propinó Javier Milei y su tropa libertaria, la UCR reconfigura su posición en el Congreso y debate cómo plantarse frente a un nuevo round parlamentario. Sin reuniones formales, pero con discusiones subterráneas en torno a qué estrategia adoptar, brotan los cuestionamientos al jefe de la bancada, Rodrigo de Loredo, a quien le critican la adopción de una estrategia fallida durante el tratamiento del proyecto de ley ómnibus del Gobierno.

Los reparos no sólo llegan del sector más crítico de la administración libertaria, referenciado con Facundo Manes, sino que se manifiestan también en Evolución, el espacio del que surgió De Loredo y que tiene como principal figura al senador y presidente del Comité Nacional, Martín Lousteau. El delicado equilibrio que tuvo que hacer el jefe del bloque para sortear los ataques directos del oficialismo y, a la vez, diferenciarse del kirchnerismo afectó la confianza de los propios, quienes hoy lo miran de reojo.

El fuego amigo no es nuevo. Los gobernadores Gustavo Valdés (Corrientes) y Alfredo Cornejo (Mendoza), en la vereda opuesta a Lousteau, respaldaron a De Loredo como jefe del nuevo bloque radical unificado y eso sembró las suspicacias. No obstante, todos se plegaron a la decisión de cohesionar las bancadas, antes divididas en Evolución y UCR, frente a la necesidad de priorizar el pragmatismo y ganar peso específico durante la discusión en comisiones.

Pero tras el naufragio del proyecto de la Ley Ómnibus las listas negras de “traidores” publicadas por Milei y los agravios a la dirigencia radical, muchos de los diputados que hasta hacía poco comulgaban con la idea de ayudar al Gobierno, y hasta trabajaron en ese sentido, comenzaron a adherir a la postura de los más críticos. Manes y el diputado Pablo Juliano, los únicos dos de los 34 del bloque que rechazaron el proyecto del Ejecutivo en la votación en general, se mostraron intransigentes desde el primer momento. Hoy los acompañan 11 legisladores, entre los que se encuentran seis vinculados con Evolución.

Este grupo quiere evitar que en esta nueva etapa parlamentaria, en la que se espera que se retome la discusión de temas espinosos como una reforma laboral o cambios en la fórmula de movilidad jubilatoria, la UCR adopte la misma actitud conciliadora que con la Ley Ómnibus. 

A pesar de la puja por imponer un reperfilamiento del bloque, le reconocen a De Loredo su vocación de diálogo. “Ha tenido códigos en la conducción del bloque y respetó a quienes pensamos diferente”, señaló un legislador crítico, aunque subrayó: “Pero el tema es político”.

Nadie en el radicalismo ve, por ahora, un quiebre. “Sería pegarnos un tiro en el pie”, resumen. Sin embargo, no minimizan las dificultades que el espacio tendrá internamente. “Está muy difícil la convivencia porque la diferencia es central: o sos oposición, o sos oficialismo”, resumió un diputado cercano a Manes.

Frente a estas diferencias, la quietud se impuso en el radicalismo esta semana. La agenda del bloque se pausó y no está anunciada una reunión de la bancada para discutir cómo seguir.

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