El expresidente Mauricio Macri se encontraba en medio de un evento con alrededor de trescientos jóvenes líderes del Pro en Mendoza cuando recibió la noticia: el gobierno nacional había decidido levantar el cepo y formalizar el acuerdo con el FMI.
La primera reacción, instintiva, del expresidente fue celebrar. Sin embargo, los primeros intercambios con los economistas del partido amarillo enfriaron ese entusiasmo: comenzaron a señalar que era “la opción menos mala” y que se avecinaban “tres meses muy difíciles” para la economía.
En una conferencia de prensa desde la provincia cuyana, Macri comentó que se trata de una decisión “maravillosa” para el país.
“El cambio apenas comienza. La eliminación del cepo es el primer paso, algo que ningún país en América Latina ha logrado. Pero es fundamental, y debemos avanzar para desarrollarnos, mejorar nuestras metodologías y fortalecer la institucionalidad”, expresó. Y añadió: “El cepo actúa como un obstáculo para el crecimiento y habrá una disrupción inicial, pero es un avance necesario”.
Desde Mendoza, fue claro al respecto: “Confío en él y en Bausili, son dos personas muy valiosas. Así que es necesario seguir apoyando y comprometernos como argentinos para que nunca más haya cepo”.
Paralelamente, los tres economistas más influyentes para Macri y el Pro intentaron moderar el tono en estas horas. En particular, Hernán Lacunza, exministro de Economía, el diputado Luciano Laspina y Guido Sandleris, exdirector del Banco Central, no consideran que la situación actual sea óptima. “Se avecinan tres meses muy difíciles”, comentó uno de ellos a varias figuras del partido.
Lacunza fue particularmente claro: con el acuerdo con el FMI ya establecido y la eliminación del cepo, surgieron nuevas preguntas sobre el futuro. En concreto, piensan que el programa económico ha encontrado cierto alivio con estos anuncios, pero que, a corto plazo, podría haber un aumento en la inflación (Laspina insinuó ante varios colegas que podría subir del 3,7% al 5% en el “mejor de los escenarios”) y recesión. Sin embargo, reconocen que, para octubre, la macroeconomía podría estabilizarse.
“Era la mejor de las malas opciones que tenía. Ahora veremos hasta dónde flota el dólar y cuánto se devalúa el peso”, reflexionó otro de los economistas amarillos. La interrogante vinculada a este escenario es qué sucedería si, dentro de la banda cambiaria de $ 1.000 a $ 1.400, el dólar alcanzara el límite superior.
“El mercado ya anticipó la devaluación. Devaluación al estilo turco: con un shock”, declaró Laspina la semana. Y mencionó que en Turquía se produjeron dos devaluaciones de alrededor del 15% y 19% posteriormente. A pesar de todo, las discusiones entre economistas libertarios y amarillos han llegado al límite. Felipe Núñez, analista financiero de “Toto” (como se presenta en Twitter), llamó “boludo” a Laspina. El diputado nacional le respondió tildándolo de “payaso oficialista”.