Consumada la purga necesaria para consolidar la estrategia de sacar al ruedo dos fórmulas presidenciales, una encabezada por el gobernador bonaerense Daniel Scioli y otra por el ministro del Interior y Transporte, Florencio Randazzo, el efecto dominó que despertó el pedido de “humildad” de la presidenta Cristina Kirchner a la dirigencia del Frente para la Victoria continúa en la provincia de Buenos Aires.
Confirmadas las bajas de Diego Bossio, Carlos Castagneto y Fernando “El Chino” Navarro, este viernes se sumaron dos nuevos voluntarios para el “baño de humildad” K, si es que alguna vez se habían subido. Se trata del vicegobernador bonaerense, Gabriel Mariotto, y la ministra de Gobierno de Scioli, Cristina Álvarez Rodríguez, quienes en las últimas horas coincidieron en la forma de expresar su decisión: “Nunca me candidateé”.
De esta forma, el último sciolista “en cancha” es el titular del Grupo Bapro, Santiago Montoya, que quizá sea el próximo en sumarse a la lista de renunciantes. En tanto, por estas horas, resulta un misterio el futuro del intendente de Lomas de Zamora, Martín Insaurralde, a quien el presidente de la Cámara de Diputados y también precandidato a la gobernación, Julián Domínguez, no visualiza como “adversario”. El diputado busca polarizar con el jefe de Gabinete, Aníbal Fernández.
Los otros dos que resisten son el secretario de Seguridad, Sergio Berni, que ya ratificó su decisión de ir a las PASO bonaerenses, y el intendente de La Matanza, Fernando Espinoza, a quien en la Casa Rosada prefieren en su distrito, para garantizarse la victoria en el terruño más populoso de la Provincia.
Finalmente, se desconoce qué será del titular de la AFSCA, Martín Sabbatella, eterno abonado a la pelea por la gobernación, que podría de no presentarse en las primarias del FPV como cabeza de lista podría terminar acompañando a alguno de los tres hombres que Cristina Kirchner habilitará a jugar. Por ahora, falta esperar mayores gestos de “humildad”. Hasta el día de la fecha, quedan siete precandidatos.