El exdirigente peronista Eduardo Duhalde intentará convertirse en la conducción de Partido Justicialista, aunque no por los votos, sino por la vía judicial.
El secretario político de Duhalde, Omar Gadea, anticipó que en septiembre el exgobernador bonaerense encabezará una línea interna para “reorganizar el PJ”, siempre con el objeto de que “haya un peronismo que ayude a gobernar a Macri”.
Duhalde abrirá operaciones tras su regreso de España, que se producirá el 15 de septiembre próximo, cuando se comunicará con los dirigentes que le responden, que integran una supuesta conducción partidaria que fue elegida en un congreso realizado en Avellaneda el año último.
El “ala duhaldista” que aspira a convertirse en la conducción del peronismo la conforman los dirigentes Juan Carlos Romero (Salta); el sindicalista barrionuevista Carlos Acuña; el economista massista Aldo Pignanelli; el exgobernador puntano Adolfo Rodríguez Saá; el embajador de Macri en España, Ramón Puerta; el exjefe de la SIDE, Miguel Ángel Toma; el exdiputado pampeano Jorge Matzkin y el examigo de Néstor Kirchner, el santacruceño Eduardo Arnold.
Gadea, que es el apoderado de la agrupación duhaldista Justicia y Dignidad Peronista, planteó, imbuido de algún exceso de optimismo, que “las autoridades actuales del PJ son ilegales”, porque “fueron elegidos en una forma irregular y eso la Justicia lo sabe y va a fallar a favor nuestro”.
Para el hipotético caso de que la Justicia avalara el congreso de Avellaneda y entronizara a Duhalde como titular partidario, Justicia y Dignidad Peronista impulsaría la realización de un nuevo congreso, sólo para “demostrar en la Justicia que existe una intención de normalizar el PJ”.
Era un secreto a voces que Duhalde iba a manifestar, como lo hizo finalmente, que “Cristina es el pasado” y que todo lo que hará tendrá como objetivo “deskirchnerizar” al peronismo. Si lo lograra sería como una especie de devolución de atenciones para con quienes lo arrojaron a la banquina de la historia del justicialismo.
Según la confesión de Gadea, el proyecto político de Duhalde consistiría en “formar un espacio peronista para ayudar al Gobierno a resolver los problemas sociales y económicos y tener un PJ que no ponga palos en la rueda, sino que mantenga un diálogo fluido como un cogobierno, porque muchos integrantes de Justicia y Dignidad Peronista votamos a Macri”.
La loca esperanza del duhaldismo es que, si se resolviera la cuestión partidaria y Duhalde se convirtiera en el líder del peronismo por la vía judicial, la mayoría de los gobernadores, intendentes, legisladores y sindicalistas se encolumnarían detrás suyo, casi por aclamación y, de esa manera, “se unificaría en serio el peronismo”.
El proyecto duhaldista tiene aún, por el momento, algunos escollos por saltear. El primero, es que casi todos sus laderos huelen a naftalina porque hace mucho que quedaron afuera de la línea de las decisiones en el peronismo. El segundo es que una lista electoral para la interna justicialista exige, como mínimo, el aval de cinco Consejos Provinciales del PJ. En la última interna, que se saldó con una lista de unidad, la boleta oficial contó con el aval de 21 de los 24 Consejos de las provincias. Por esta razón, la lista que encabezaba Duhalde no logró sortear la aprobación de la Junta Electoral.
Ante este panorama, a Duhalde le queda una sola opción, que es ganar enancado en la Justicia operada por el Tano Angelici, si es que éste lograra obtener el favor de la jueza Electoral Federal, María Romilda Servini de Cubría, que no lo cuenta entre las personas de su amistad.