Eduardo Duhalde encabezaría una lista peronista por fuera del justicialismo oficial, promocionado por la gobernadora, María Eugenia Vidal, que es la cabeza de la jugada, junto con su jefe de Gabinete, Federico Salvai, que tiene pasado duhaldista.
El 23 de diciembre último, en un acto realizado en José C. Paz, Vidal les juntó la cabeza a Duhalde y a Mario Ishii (Intendente de José C. Paz), Jesús Carglino (exintendente de Malvinas Argentinas), Aldo Rico (Exintendente de San Miguel), Alejandro Granados (Intendentede Ezeiza) y Humberto Zúccaro (Exintendente de Pilar), de los que espera que le “roben” a la lista peronista unos cuatro o cinco puntos, que le alcancen a Cambiemos para remontar la cuesta arriba que son hoy las elecciones para ellos, ya que su lista no mide bien en las encuestas o, al menos, para perder más ajustadamente.
La herramienta la aportó Gustavo Ferrari, que puso a disposición de su jefa el partido Unión Celeste y Blanco, con el que su antiguo líder, Francisco de Narváez le ganó a Néstor Kirchner en las elecciones legislativas de 2009.
Para armar su estrategia, el cuatro de marzo la agrupación duhaldista Justicia y Dignidad Peronista (JDP) va a reunirse en un plenario, posiblemente en la Ciudad Autónoma.
Pero Duhalde no sólo trabaja “todos los días para ayudar a este Gobierno”, sino que fue el cerebro de la decisión que tomó Vidal, que piensa desdoblar las elecciones provinciales y las nacionales. El objetivo es que los jefes territoriales deban pelear por sus candidatos provinciales y luego la elección nacional los encuentre desmovilizados, lo que permitiría que Cambiemos mejore su performance a nivel nacional.
De todos modos, recién el sábado próximo Duhalde haría pública su decisión, porque hasta ahora viene negando su candidatura, incluso sosteniendo que “el peronismo no está en condiciones de ser alternativa” por estos días. Además, el exgobernador sostuvo que “hay que trabajar políticas de Estado, los políticos tienen la necesidad imperiosa de ponerse de acuerdo“, para rematar que “hay que gobernar con modelos claros y no con partidismos”.
Todo no termina allí. Fuentes cercanas al banfileño agregaron que éste aspira a conducir nuevamente el PJ y ser “el gran elector” para que en 2019 exista un candidato potable para su concepción política. De ahí, que la movida que encabeza en estos momentos tenga un alcance aún mayor que una mera elección legislativa.