Si la batalla por la supervivencia o destrucción de la Caja de Seguridad Social para Abogados de la Ciudad de Buenos Aires (Cassaba) fuera comparada con un partido de fútbol, podría decirse que este miércoles se jugó uno de los partidos más importantes del torneo legislativo (también se está jugando en la liga judicial, pero esa es otra competencia que fue descripta por nuestro medio anteriormente).
El Salón Montevideo de la Legislatura porteña se transformó en horas del mediodía en el estadio dónde las formaciones de los dos equipos y sus simpatizantes se hicieron presentes. Cómo ya es costumbre, el Colegio Público de Abogados de la Capital Federal y la Agrupación Gente de Derecho, con Jorge Rizzo como su director técnico, ingresaron a la cancha con una numerosa y eufórica hinchada que se ubicó de pie en la zona más próxima a la puerta de ingreso. Enfrentados se acomodaron en sus asientos los representantes de Cassaba liderados por Pedro Kesselman.
La pelota debería comenzar a girar a las 12, pero media hora más tarde únicamente había ingresado a la cancha Santiago De Estrada (quien no pudo jugar debido a estar reemplazando al Jefe de Gobierno porteño en ausencia, pero que observó estoicamente el devenir de los acontecimientos). Minutos después hizo su ingreso Jorge Enríquez -presidente de la Comisión de Legislación General y del Trabajo- el cual ocupó principalmente el rol de árbitro, pero también pisó el césped donde demostró ser un jugador valioso.
Pasada la una de la tarde y viendo que únicamente se habían puesto la camiseta y bajado a jugar Abelardo García, Luciana Blasco y el presidente de la Comisión de Asuntos Constitucionales, Enrique Olivera, (Martín Borrelli no se quiso perder el encuentro, pero al no integrar ninguna de las dos comisiones vinculadas a la reunión, sólo participó en la contienda como estratega); Enríquez anunció que no había quórum y ofreció el micrófono a quien quisiera hacer uso de la palabra.
"Es una vergüenza que no haya quórum una vez más", dijo Jorge Rizzo, e invitó a todos los que lo acompañaban a retirarse del salón.
A medida que la hinchada que embandera la derogación de la Caja o la voluntariedad de la afiliación iba tomando los pasillos del Palacio Legislativo, los coros que expresaban "que se vayan todos, que no quede ni uno solo", comenzaron a hacerse oír (y continuaron hasta finalizar la reunión conjunta).
Con la protesta sonora de fondo, el encuentro continuó desarrollándose. Había ganas de jugar pero los equipos estaban incompletos. Los celulares de los asesores y de los legisladores comenzaron a trabajar. "Nos falta uno", comentó alguien; "traigan a un K", pidió otro.
Y mientras se realizaban las convocatorias, el ex presidente (con mandato cumplido) de la Asociación de Abogados de Buenos Aires, Horacio Acevedo, pidió la palabra sólo para expresar la "vergüenza" que le provocó "la conducta irrespetuosa a las instituciones democráticas" que se estaba manifestando en los pasillos.
Cerca de las 13:30 se hicieron presentes Roberto Destéfano, Pablo Failde, Oscar Zago y Jorge San Martino, y el grupo de legisladores que defienden la continuidad de Cassaba pero con modificaciones en la ley relacionadas al traslado de los aportes a otra caja profesional estuvo completo. Marcelo Godoy y Rodrigo Herrera Bravo se sumaron al grupo de diputados que impulsan la voluntariedad de la afiliación.
"Hay quórum para firmar los despachos correspondientes", manifestó Enríquez satisfecho. "Hay tres proyectos para ser sometidos a la consideración de los legisladores: uno de derogación que yo apoyo junto con Fernando Caeiro; uno de modificación presentado por De Estrada; y otro de Destéfano que tiene similitudes con el anterior pero también algunas diferencias", describió.
"Mi despacho resume proyectos de varios legisladores que tratan de solucionar la problemática de los abogados respecto de la doble imposición para realizar aportes si litigan en dos jurisdicciones", comentó Destéfano. Y agregó: "Resuelve el mayor cuestionamiento contra Cassaba, dejando la afiliación a la Caja como obligatoria pero sin permitir que continúe la doble imposición, y defiende la autonomía de la Ciudad. Si esta Legislatura tiene autoridad para modificar la ley, no debería haber cuestionamientos por inconstitucionalidad", subrayó.
García y San Martino expresaron su apoyo al despacho de Destéfano resaltando la importancia de defender los beneficios para el abogado y la sustentabilidad del sistema.
Olivera, por su parte, resaltó que "hasta ahora no existe un pronunciamiento judicial sobre la inconstitucionalidad de la facultad de esta Legislatura" y manifestó su apoyo por el proyecto de De Estrada por la voluntariedad de la afiliación pero con una disidencia parcial.
"La disidencia es en relación al punto de los aportes que se realizaron hasta el momento y que quedarían en la Caja. Es un punto para analizarlo en el recinto", comentó Olivera a NOTICIAS URBANAS.
Al observar que la derogación tenía un sólo integrante y que al conjunto por la voluntariedad le faltaban jugadores, Enríquez hizo uso de su pase.
"Yo voté en contra de la Ley 1.181 porque considero que es inconstitucional, pero en aras del consenso apoyaré el proyecto de De Estrada", dijo.
Pedro Kesselman pidió la palabra pero no se la dieron ya que el tiempo para las exposiciones había terminado y la firma de los despachos había comenzado.
El partido terminó 7 a 5. El despacho por la voluntariedad logró la mayoría con el apoyo de Godoy, Herrera Bravo, Blasco, Olivera, Devoto y Enríquez (el único jugador que marcó dos tantos por pertenecer a las dos comisiones); y el de transferencia de los aportes la minoría gracias a la suscripción de Destéfano, García, Zago, Failde y San Martino.
"Yo lo conozco a Devoto y él no estuvo", reclamó Kesselman. Y en ese mismo instante el legislador en cuestión apareció, firmó y se fue.
"El 11 de octubre se tratarán los despachos con preferencia en el recinto. El que obtenga los 31 votos a favor será sancionado. En el proyecto de voluntariedad hay cinco disidencias parciales, la mayoría son por considerar inconstitucional a la norma", informó a nuestro medio Jorge Enríquez al finalizar el encuentro.
Y mientras en el Salón Montevideo algunos representantes de Cassaba dejaban ver su condición humana y expresaban en voz alta su descontento acusando a los legisladores de defender "intereses propios" en lugar de proteger "los intereses de los abogados"; en los pasillos de la planta baja de Perú 130, los coros seguían escuchándose aún con más intensidad diciendo "chau Cassaba, chau".
En las contiendas deportivas se acostumbra entonar el Himno Nacional minutos antes del comienzo, pero en este caso, "Oh juremos con gloria morir" fue lo último que se escuchó en los laberínticos pasillos legislativos cuando el reloj marcaba ya las dos de la tarde.