Confirmando las expectativas que el director general de Rentas porteño, Alejandro Otero, le adelantó el mes pasado a NOTICIAS URBANAS de que en el mes de abril la caída en la recaudación iba a ser similar a la de marzo, en el mes de abril la caída de la recaudación impositiva fue del 21 por ciento, apenas un uno por ciento superior a la del mes de marzo. En ambos casos el nivel de la baja en la recaudación se tomó con respecto al mismo mes de 2001.
De todos modos, aún a pesar del moderado optimismo que reina en la Secretaría que maneja las finanzas de los porteños, la baja es importante. En diciembre del 2001 -cuando se encendieron los fuegos que acabaron con de la Rúa- la caída rozó la catástrofe y llegó casi hasta el 46 por ciento. Después del fin del gobierno de la Alianza, las llamas devinieron débiles chisporroteos: en enero se recaudó un 29,7 por ciento menos, en tanto que en febrero, las cifras dieron una baja del 24 por ciento y en marzo, del 20 por ciento.
LO QUE VA DE AYER A HOY
Traducida en números, la disminución en la recaudación no deja de ser preocupante para el futuro. En el 2001 Pesce anunciaba con extrema preocupación una baja de 65 millones en la recaudación para el curso del año. Si se tomaran como base los casi 200 millones de pesos mensuales que se recaudaban en los tiempos de las hembras bovinas obesas, la caída durante el 2002 habría sido de alrededor de 150 o 160 millones de pesos. Esto significa el equivalente a algo más que la recaudación de un mes en esta época de hembras bovinas famélicas. Pero también se acercaría al triple de lo temido el año pasado por el secretario de Hacienda y Finanzas.
