La actitud del bloque de la Alianza que, para evitar debatir la reducción horaria de la jornada laboral de los trabajadores de Metrovías no bajó al recinto -tan sólo Eduardo Peduto (Frente Grande) dio la cara en la sesión- generó fuertes repercusiones en los demás sectores que sí acudieron. La norma, que reducía la cantidad de horas de trabajo de ocho a seis, había sido sancionada por la Legislatura el 22 de agosto pero luego fue vetada por Aníbal Ibarra. Para su nueva aprobación era necesarios 40 votos que no se consiguieron.
"Para el jefe de Gobierno es fácil expresar su solidaridad con los trabajadores de Brasil pero parece que le resulta más difícil hacerlo acá en su propia ciudad", manifestó la presidenta del bloque justicialista María Lucila "Pimpi" Colombo, en referencia al viaje que Ibarra realizó a San Pablo para estar junto con Lula en las elecciones brasileñas.
"Creo que deberían haber dado el debate en el recinto. Por lo menos el radicalismo, que había apoyado la ley en un primer momento", declaró a su vez la legisladora Beatriz Baltroc, del ARI. "Para mí -agregó- deberían haber explicado personalmente qué había cambiado para que ahora cambiaran de parecer".
Vilma Ripoll, de Izquierda Unida no se quedó atrás. Durante la sesión afirmó: "Ibarra es tan cobarde que no da la cara” y volvió a mencionar que “había funcionado la Banelco de Benito Roggio". A su vez, cuando le tocó hablar, Miguel Doy -que junto a Enrique Rodríguez conforma el bloque FORJA 2001- reclamó a los gritos "que bajen, que den la cara".
Las críticas provinieron, incluso, de quienes no estaban de acuerdo con la ley pero aún así bajaron al recinto. Así, los diputados del Interbloque Porteño, furiosos porque la ausencia de la Alianza les impidió tratar la ley de creación del Instituto del Juego -que ellos impulsan desde hace tiempo-, acusaron a los que no concurrieron de sentir "temor de enfrentar la presión de grupos manipulados por lobbistas, tanto por izquierda como por derecha".
El FRENTE GRANDE Y LA UCR SE DEFIENDEN
Ante la andanada de cuestionamientos, el presidente del bloque del Frente Grande, Marcelo Vensentini, difundió un comunicado en el que acusa a Enrique Rodríguez, uno de los actuales defensores de la ley en cuestión, de utilizar políticamente las reivindicaciones de los trabajadores. "Ocurre que la jornada de ocho horas fue restablecida por el decreto 1515/93, firmado por Menem, Cavallo y el entonces ministro de Trabajo Enrique Rodríguez. El mismo que ahora, ya en la campaña política de Adolfo Rodríguez Saá, acusa al Ejecutivo porteño de connivencia con la empresa concesionaria", asegura Vensentini, que no bajó al recinto para exponer su contundente argumento.
Posteriormente, otro comunicado difundido desde la oficina del vicepresidente primero de la Legislatura, Cristian Caram (UCR), reconoce que el motivo de la ausencia de la Alianza fue la negativa de este bloque a debatir la norma. Argumenta que "falta un informe técnico" que establezca las condiciones laborales de los trabajadores de Metrovías para evitar así "posteriores reclamos por parte de la empresa". "De aprobarse tal como está, la ley sería impugnada en la Justicia por inconstitucional. Para que esto no ocurra necesitamos que se establezca técnicamente la insalubridad del trabajo y luego avanzar en la ley", dice el mensaje. Además, le imputa a los bloques del PJ, la Izquierda y el ARI de querer obtener un rédito político de la cuestión.
