Para Macri, la presidencia ya no es lo más deseado

Para Macri, la presidencia ya no es lo más deseado

Las decisiones y deseos del jefe de Gobierno porteño, Mauricio Macri, sólo él los conoce en su totalidad. Pero algunas figuras próximas al líder creen conocerlas o al menos, quieren que muchos crean que las conocen. Escuchar un poco, recrear otro poco, y desparramar bastante, se ha convertido en una mecánica cada vez más habitual entre los PRO, con la consecuente cascada de rumores y posteriores desmentidas.


El interés de Macri por ser presidente no es secreto y, más allá de las hipótesis/operaciones políticas que circularon en las últimas horas sobre un posible adelantamiento de las elecciones a Jefe de Gobierno, con el nombre del líder del PRO como candidato, lo cierto es que de la boca del ingeniero volvió a escucharse este viernes por radio Uno, ?yo soy pre-candidato a presidente?.

Desmintiendo cualquier búsqueda de reelección, Macri remarcó que ?hay dos aspirantes? para ocupar el principal despacho de Bolívar 1, ?Gabriela (Michetti) y Horacio (Rodríguez Larreta)?, quienes tendrán la responsabilidad ?si los votos así lo marcan- de ?seguir el proceso de mejorar cuatro años más?.

Pero algo ha cambiado en los deseos más íntimos del titular del Ejecutivo porteño, algo que le otorga ?una energía especial?, y que ha modificado sus ambiciones, dejando a la Casa Rosada en un segundo plano.

”Me muero de ganas de ser padre. Pero todavía no lo he logrado. Cuando hay amor y hay tiempo, hay que esperar. El primer deseo de 2011 es un hijo?, afirmó Macri, sorprendiendo a varios de su entorno mucho más interesados en que Mauricio se lance de lleno a la campaña presidencial, que en un líder en plan embarazo que, de conseguirlo en breve, estaría de parto para agosto, septiembre u octubre del año próximo.

”Tengo tres hijos grandes, que tienen sus vidas, son buena gente. Ellos no sé si tan entusiastas como yo, pero lo hemos hablado?, comentó Macri. Tal vez, debería hablar con algunos ?hijos grandes? más que, desde la política, tampoco están ?tan entusiastas? como él, y aún no ven con claridad lo positivo de una imagen paternal de un candidato presidencial.

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