Entre discursos destinados más a una tribuna muy poblada que a los anales legislativos, los diputados fueron ovacionados como pocas veces en estos tiempos por unos 40 radiotaxistas, que, presentes en el recinto, aplaudían a los que votaban afirmativamente lo que ellos estaban esperando. Un rato antes, sobre la calle Perú, otro grupo de radiotaxistas, con vistosos gorros negros o amarillos, arrojaban bombas de estruendo que "entibiaban" el ambiente previo a la sesión.
Esta norma llegó para cubrir un vacío legal motivado por la proliferación de empresas de radiotaxis que se produjo en los últimos dos años, lapso en el que su cantidad se cuadruplicó (son 46). Muchas empresas operaban en la ilegalidad porque la Comisión Nacional de Comunicaciones no otorga nuevas licencias desde hace mucho tiempo, lo que genera que todo nuevo emprendimiento opere desde el principio en la ilegalidad.