Ciudad de pobres corazones, más mujeres viviendo solas

Ciudad de pobres corazones, más mujeres viviendo solas

Según el Sistema Estadístico de la Ciudad, las personas que viven solas son cada vez más. Esos hogares, en su mayoría, están compuestos por mujeres. Una pensadora y una psicóloga hablan del fenómeno que crece.


En la Ciudad de Buenos Aires muchas cosas están cambiando. Por ejemplo, son cada vez más los hogares unipersonales conformados por mujeres. Así lo demuestra un estudio realizado por el Sistema Estadístico de la Ciudad (SEC).

Según el SEC, esa realidad obedece a muchas causas, entre ellas, a los cambios en la composición de la población a causa del crecimiento vegetativo y a los saldos migratorios. La disminución de los niveles de nupcialidad, la postergación de la edad al primer matrimonio (específicamente entre las mujeres), la creciente incidencia de las rupturas conyugales y la persistencia de niveles de fecundidad por debajo del umbral de reemplazo generacional.

Para el SEC influye también la prolongación de la esperanza de vida que ocasiona efectos sobre la organización familiar y provoca un incremento de hogares unipersonales, disminución del tamaño de la familia, mayor frecuencia de hogares monoparentales y de familias ensambladas. Todo esto en detrimento de los hogares extendido y compuestos.
El SEC precisa que la proporción de jefes de hogares unipersonales, cuando se trata de mujeres, se ubica en un rango etario entre los 55 y 79 años, y que representan el 43% de la jefatura de este tipo de hogares.

Los varones en cambio presentan mayor peso relativo que las mujeres hasta los 49 años.

"Pero desde 1980, más del 60% de los hogares unipersonales de la Ciudad, tienen jefas mujeres", afirma el SEC.

Asimismo, el observatorio dice que si se comparan las estructuras en 1980, 1991, 2001 y 2007, se comprueba que el hogar unipersonal es el único que aumenta su proporción de manera significativa, 75% entre 1980 y 2007. Mientras que los hogares extendido y compuestos, tomados en conjunto, disminuyen su peso relativo, y los hogares multipersonales no familiares, de escasa presencia, se mantienen prácticamente invariables.

Cabe mencionar que el SEC explica que se denomina hogar al grupo de personas parientes o no, que viven bajo el mismo techo y comparten gastos de alimentación. Una persona que vive sola también constituye un hogar, aclara ese órgano estadístico.

El hogar unipersonal tiene jefe o jefa, con o sin con empleados domésticos, y hogares nucleares, constituídos por pareja sola o con hijos, o bien con un hijo único, solo de uno de los miembros de la pareja.

Ante este cuado, NU consultó a una doctora en Filosofía, la legisladora de la Coalición Cívica, Diana Maffía, 0y a una psicóloga, la diputada del PRO, Lidia Saya. Esto dijeron.
"Cuando uno ve que aumentan las jefaturas de hogar a cargo de mujeres tiene que tener en cuenta también otros datos, la edad, por ejemplo, porque una cosa es que haya jefaturas de hogar a cargo de mujeres jóvenes y otra que sean mayores", explicó Maffía.

Según la legisladora, en el caso de las mujeres jóvenes se podría estar hablando de "un progreso económico y profesional, de mujeres que se autonomizan, que se van a vivir solas, o que migran y por eso viven solas, o porque todavía no han constituído una familia".

"Otra cosa es una mujer adulta o mayor de 55 años, porque en esos casos es posible que estén solas porque han disuelto su vínculo familiar, o han enviudado. Hay que recordar que las mujeres somos más longevas que los varones", indicó Maffía.

La diputada además recordó que "cuando se disuelve un vínculo conyugal, por lo general es la mujer la que se hace cargo de la familia, de los hijos, de los ancianos, etcétera".
"Por lo general, las mujeres divorciadas o viudas, no vuelven a formar pareja. A las mujeres es difícil que nos agarren por segunda vez. En cambio, los varones se separan o enviudan y rápidamente vuelven a formar pareja", sostuvo Maffía.
Por último, señaló que "esta es una ciudad dormitorio, es decir, no siempre donde la gente trabaja es el mismo lugar donde duerme o donde transcurre su vida".

Para Saya, "ese aumento, pensándolo específicamente desde las mujeres, está provocado por un cambio de conducta que se puede focalizar en el animarse a hacer cosas que antes socialmente las podías hacer, pero en pareja".

"Es decir, las mujeres, ahora, se animan a hacer cosas solas, cosas como estudiar, trabajar, realizar la profesión. Los objetivos primarios pasaron a ser secundarios", precisó Saya.
"Hoy, para las mujeres es prioridad el trabajo y la realización personal. Luego vendrá lo demás, pero ahí también empiezan a jugar los perfiles personales de cada una".

"Porque no es lo mismo una mujer de 60 años que decide irse a vivir sola, que ya tuvo pareja, hijos, enviudó o no, que una chica de 25 años o una joven de 38 años", dijo.
Y consideró que el fenómeno es de las "grandes urbes, porque en las ciudades chicas no existen los recursos económicos ni la necesidad de las personas de cierta edad de irse a vivir solos, porque el contexto familiar y social acompaña tranquilamente la convivencia con la familia, salvo que haya cuestiones de problemas vinculares".

Según Saya, la Ciudad Autónoma "es muy propiciatoria para realizarse, ya desde chicas está ese deseo en las mujeres". "Piensan: ¡Ay cuándo llegará el momento en que me pueda alquilar o comprarme un departamento!", sostuvo
Saya consideró que "hay una como una cosa de demostración a sí mismas de que pueden mantenerse, hoy eso es todo un desafío que en las últimas décadas se ha ido acentuando y que las mujeres, además, lo han ido consiguiendo".

(PUBLICADO ORIGINALMENTE EN EL SEMANARIO NOTICIAS URBANAS Nº 160, DEL 30/10/08).

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