"El refrigerante utilizado en transformadores como el existente en esta cámara es aceite mineral del tipo ‘Transformador 64’. La instalación fue inspeccionada y se tomaron muestras de aceite para su análisis, cuyo resultado determinó que el aceite mineral sólo contiene impurezas en una proporción de 650,9 ppm", afirmó Edenor en una carta enviada al consorcio de la calle Amenabar 1819 -Belgrano-, a partir de un pedido de informes enviada para conocer sí el transformador eléctrico en cuestión tiene el químico cancerigeno conocido como PCB.
"Tranquilidad", fue lo que quiso llevar la empresa eléctrica. Pero al estudiar la respuesta, Nélida Harracá se dio cuenta que en realidad esas impurezas de las que habla Edenor no son otra cosa que Bifenilos Policlorados (PCB), "configurándose de esta manera una clara manipulación de la información por parte de la empresa", manifestó el defensor del Pueblo de la Ciudad adjunto en Ecología, Antonio Elio Brailovsky.
Meses atrás, el ombusdman adjunto dio a conocer un listado completo de los transformadores con altos niveles de PCB pertenecientes a las empresas Edenor y Edesur, ubicados en la Ciudad de Buenos Aires. Se trata de piezas que tienen más de 500 partes por millón (ppm) de PCB, lo que según la ley vigente, los califica como de PCB puro.
Los bifenilos ploriclorados son compuestos químicos formados por cloro, carbono e hidrógeno. Fueron sintetizados por primera vez en 1881. El PCB es resistente al fuego, muy estable, no conduce electricidad y tiene baja volatilidad a temperaturas normales. Éstas y otras características lo han hecho ideal para la elaboración de una amplia gama de productos industriales y de consumo. Pero son estas mismas cualidades las que hacen al PCB peligroso para el ambiente, especialmente su resistencia extrema a la ruptura química y biológica a través de procesos naturales, motivo por el que está prohibido en casi todo el mundo.
Particularmente sobre el transformador cuestionado, Harracá expresó que "se encuentra ubicado en una zona de la Ciudad que considerada como de alto riesgo por la elevada concentración de escuelas que presenta. Esto significa que la tranquilidad para los vecinos se consigue solamente con el reemplazo por otro equivalente que posea constancia de estar libre de PCB".
"Precisamente por la gravedad del tema, es necesario que todos los actores sociales involucrados lo traten con la máxima responsabilidad. Las autoridades energéticas y ambientales tienen que poner como máxima prioridad el retiro del PCB lo más rápidamente posible. Para eso, por supuesto, hay que detectarlo antes y hacerlo mediante análisis químicos debidamente controlados, nunca sólo por medio de declaraciones juradas como se ha hecho", concluyó Brailovsky.