Acto por Cromañón

Acto por Cromañón

El documento a los tres años del incendio cuestionó al poder político y empresarial. Hubo un pedido al movimiento rock y un llamado a todas víctimas de impunidad. El cardenal Jorge Bergoglio se refirió a los cómplices de la tragedia.


“Eligieron despedir el año con amigos en un recital de rock. Pero no sabían que la horrible combinación de negligencias, desidia y corrupción les tenía preparada una trampa mortal”, son las primeras palabras del documento consensuado entre los distintos grupos de familiares, sobrevivientes y amigos de las víctimas de Cromañón, que fue leído en Plaza de Mayo este domingo 30 de diciembre por Nélida Gómez, que al llegar al final del texto no pudo contener la emoción, y otra parte por Diego Rozengardt.

A tres años del incendio en el boliche, el documento titulado “Esta lucha es de todos, para que no haya más Cromañones” dio un mensaje para las cinco mil personas presentes y para el poder político: “Mientras deambulábamos en la desesperada búsqueda de nuestros chicos por hospitales, clínicas, calles y morgues, mientras nos entregaban los cuerpos tres días después sin refrigeración, en el poder se preparaban las componendas del caso, para salvar los cargos políticos”.

Y a continuación hace hincapié en: “Kirchner (Néstor) escondido en El Calafate, Ibarra (Aníbal) escondido en alguna repartición municipal, ambos tramando la incorporación de Juan José Álvarez a la Secretaría de Seguridad, garante del pacto de impunidad construido desde las cúpulas”.

El acto de Plaza de Mayo que comenzó minutos antes de las 20 concluyó en una marcha al santuario, allí se pudo ver, con una bandera con el nombre Lautaro Blanco, al ex legislador Milciades Peña, padrino del chico, una de las víctimas de la tragedia.

Durante este domingo, además, se armó una muestra de fotos y en el Obelisco estuvieron las murgas “Los que Nunca Callarán”, “Los Desconocidos de Siempre de Almagro” y “Mala Yunta”. Ellos marcharon hacia Plaza de Mayo porque a las 17.45, el cardenal Jorge Bergoglio daba una misa en homenaje a las víctimas.

“Los intereses escondidos y la justicialidad son cómplices de la tragedia” de Cromañón, señaló Bergoglio. “El llanto de los padres, que lamentablemente, como dije hace dos años, no llegó a toda la ciudad. Un llanto que no se contagió por falta de solidaridad, de sensibilidad, y hoy tengo que repetir: Buenos Aires todavía no lloró suficiente esta tragedia”, recalcó, sin olvidar que “Buenos Aires necesita paz, pero no la paz de cosmético que tapa todo, sino de la justicia, para no caer en el mismo error”.

El documento habló del valor “de esos chicos que por salvar amigos perdieron la propia vida”. Leandro Maggio vecino de Versalles, es uno de esos casos.

Los medios de comunicación también fueron nombrados. “Inventaron desuniones donde no las había, apoyaron el plebiscito trucho de Ibarra, acusaron a los muertos y a sus familias, mintieron sobre la existencia de una guardería, dieron voz a los victimarios y callaron los hechos y las voces de las víctimas. Buscaron la culpabilización de las víctimas”.

Otros casos de incendios trágicos fueron recordados: “Vimos cómo morían más de treinta presos en la cárcel de Magdalena, luego seis personas en un taller clandestino en Caballito (caso de la calle Luis Viale)”.

Tampoco se olvidaron del maestro Fuentealba, muerto en Neuquén y “de la desaparición forzada de personas”, en referencia Jorge Julio López.

Sobre la liberación de Omar Chabán, el ex gerenciador de Cromañón, dijeron: “intenta desestabilizar nuestra lucha y desunir al Movimiento Cromañón”.

Reclamaron que los jóvenes tengan “lugares de diversión sin riesgos” y que las figuras del rock nacional “se pronuncien sobre Cromañón".

Además, llamaron a la unión de todas las víctimas de la impunidad “que crean que sólo luchando contra la lógica del lucro salvaje y la corrupción de políticos y empresarios podemos cambiar la realidad”.

“No olvidamos, no perdonamos, no nos reconciliamos. Los pibes de Cromañón ¡presentes! Ahora y siempre”, gritaron constantemente hasta las 22.50, hora en que comenzó el recital tres años atrás. Luego de un minuto de silencio, los aplausos y nuevamente el grito al cielo.

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