La Alianza podría empezar a sentir el rigor de la revancha que ronda por la cabeza de las principales espadas de Encuentro de la Ciudad. Desde el bunker de Jorge Arguello ha trascendido "que en el futuro cercano se le puede llegar a complicar al oficialismo la aprobación de algunos temas clave, como ser el nuevo tendido de los subtes para lo que en principio había acuerdo". Hoy esa bancada estaba con la cara pintada y desconocía la palabra dada, es más tomaban la maniobra como una traición por no haber sido avisados.
Desde el Freju , un vocero de ese bloque admitió que "el modus operandi de algunos operadores de la Alianza es bastante desprolijo y hay cosas que no se pueden dejar pasar tan alegremente". Otro integrante del Freju, Alberto Fernández, se encargó todo el día de desligar a Kirchner de esta movida, a sabiendas que el clima se espesaba cada vez más.(ver aparte)
Hasta algunos radicales empezaban a "molestarse" ya que se enteraron de la movida de Ibarra por los medios y saben -por su cultura política centenaria- que estas cosas en la Legislatura tienen vuelto.
El belicismo, que viene de golpe en golpe, sin mucha capacidad de reacción se refugió tras la ira del arguellismo.
En la anterior gestión de la Legislatura, la Alianza con mayoría propia, ponía cierto énfasis en aprobar los temas con el mayor consenso posible, actitud ésta que ya venía de la Convención Constituyente, en dónde también eran amplia mayoría.
Hoy están en una situación de primer minoría -con 21 escaños sobre 60 – y cuándo más lo necesitan parecen haber perdido la vocación por el consenso y la muñeca en la negociación. Como en esta oportunidad, dejan un tendal de heridos y disconformes -como sus socios de gobierno- que sólo se entiende si lo que están haciendo es preparar el terreno para dinamitarlos después del 15 de octubre. Pero aunque así fuera, la torpeza que muestran a veces le genera mayores costos políticos que los que naturalmente debieran pagar.
La sesión de mañana promete ser calentita y habrá que ver si el clima denso de los despachos y de los pasillos de hoy se traslada al recinto de sesiones, dónde la verba se tornará incontenible.