Recomendaciones para el verano

Recomendaciones para el verano

La Secretaría de Salud porteña propone algunas medidas preventivas por los golpes de calor y como revertir esta situación. Por las quemaduras solares recomienda evitar el sol entre las 10 y 16, entre otras medidas


El verano no sólo trae aparejado para muchos unos placidos días de vacaciones también puede generar inconvenientes. Por ello la Secretaría de Salud porteña propone medidas a tener en cuenta para evitar golpes de calor y las quemaduras solares.

El golpe de calor puede afectar a personas de cualquier edad, en especial a los niños y mayores de 65 años, por eso es primordial tener en cuenta la hidratación y la nutrición. Los principales síntomas son: dolor de cabeza; vértigos; náuseas; confusión; convulsiones y pérdida de conciencia; piel enrojecida, caliente y seca; respiración y pulso débil, y elevada temperatura corporal.

Ante la aparición de los síntomas se recomienda desde la Secretaría de Salud trasladar al afectado a la sombra, a un lugar fresco, poner la cabeza un poco alta, intentar refrescarlo mojándole la ropa, y dándole de beber agua fresca o un poco salada, y solicitar ayuda médica.

Las medidas preventivas para evitar los golpes de calor son: aumentar el consumo de líquidos sin esperar a tener sed; evitar las bebidas alcohólicas o muy azucaradas; evitar comidas muy abundantes; ingerir verduras y frutas; no exponerse al sol en exceso ni en horas centrales del día, de 10 a 16; reducir la actividad física; usar ropa ligera, holgada y de colores claros; sombrero, anteojos oscuros y protectores solares para la piel, y permanecer en espacios ventilados.

Respecto a las quemaduras por exposición a los rayos de sol, la dependencia del Gobierno Comunal a cargo de Donato Spaccavento, asegura que "los posibles daños varían de acuerdo con los horarios, la latitud, integridad de la capa de ozono que filtra la radiación, y a ciertos factores de riesgo personales, como color de piel blanca, pecosa, y ojos claros".

También inciden los antecedentes personales o familiares de cáncer de piel o melanoma; presencia de gran número de lunares, algunos congénitos y otros adquiridos a partir de la adolescencia con características atípicas.

Lo recomendable es un control con el dermatólogo cada año y cada tres o seis meses si hubiera antecedentes de cáncer de piel o el médico lo indicase.

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