En la comunidad de Andalucía, en el sur de España, por primera vez un partido de ultraderecha llamado Vox y liderado por Santiago Abascal accederá al Parlamento autónomo de esa región. Hasta entonces, el país no contaba con este tipo de fuerzas en su política, por lo que la noticia impactó en toda la sociedad.
La llegada de Vox se enmarca en un contexto de alza en todo el bloque europeo de partidos que reinvindican el “nacionalismo” y la “antiinmigración”, además de rechazar la autodenominada “ideología de género”. Es decir, ganan elecciones y conquistan bancas políticas por plantear que un homosexual es un “enfermo” o que “a las mujeres feas no se las viola”, lo mismo que sucede en la región de latinoamérica con Jair Bolsonaro en Brasil o Alfredo Olmedo en Argentina.
Este miércoles, España se encuentra revolucionada por la iniciativa de Vox de eliminar la ley contra la violencia de género, derogar la Ley de interrupción voluntaria del embarazo, así como también las que protegen los derechos de las personas LGTBI. Además, Santiago Abascal, predica valores arraigados en la monarquía española y el catolicismo romano. También reivindica las corridas de toros y se enorgullece de “llevar una pistola encima”.
Sucede que la construcción de chivos expiatorios se convirtieron en tendencia mundial, y ellas son las mujeres. Por eso, Abascal es solo una parte de un grupo de candidatos de extrema derecha en Europa que busca revertir la tendencia que llevó, en 1993, a crear la Unión Europea bajo el precepto de “la unión hace la fuerza”. Junto con Víktor Orbán, en Hungría, Marine Le Pen de Francia y Bernd Lucke (AfD) en Alemania, estas fuerzas políticas se unen para separarse. Se consideran “euroescépticos” y hacen hincapié en la comunidad musulmana como foco central de los problemas culturales, económicos y sociales de la región.
Abascal, incluso, realizó un vídeo montando a caballo con el fin de “recrear la Reconquista y las batallas medievales libradas por los Reyes Católicos para acabar con la ocupación de los musulmanes”.
Negar la violencia de género es como negar el holocausto judío
El surgimiento de un nuevo líder de ultraderecha en España se recibe en un contexto donde el movimiento feminista avanzó más que nunca en la historia en la reivindicación de los derechos y oportunidades para las mujeres y miembros de la colectividad LGTBI.
Esta semana, más de 60 organizaciones feministas de España realizaron un llamamiento bajo el lema “feminismo, ni un paso atrás“, donde exigen “Ni un paso atrás. Los derechos de las mujeres no son negociables“.
Sostienen que “mantener calladas y en casa a las mujeres es el objetivo de la campaña de esta formación política que presume sin complejos de machismo” ya que “parece que no pudieran triunfar si no nos apartan del escenario político y social y nos devuelven a la cocina, debidamente aleccionadas”.
En España se estima que solo el 30% de los casos de violencia machista se denuncia; además, de 1,2 millones de denuncias presentadas entre 2009 y 2017, sólo 96 (el 0,01%) resultaron no reales, según la Fiscalía General del Estado. Este porcentaje fue del 0,001% en 2017 (166.260 denuncias en total, de las que dos resultaron no acreditadas). Remarcan que “las cifras son contrarias a lo que dice Vox de que España padece una epidemia de falsas denuncias contra los hombres, acusados por pérfidas mujeres que simulan el maltrato”.
En el país del fallo machista más aberrante por el caso de La Manada, además, la mayoría de las universidades del país se reunieron para redactar el manifiesto que lleva el título de “Negar la violencia de género es como negar el holocausto judío”.
En el, expresan que el “partido de extrema derecha, amigo de Le Pen y por los hechos que le asemejan también del Ku Kux Klan, incluye en su programa un absoluto e intolerable retroceso en los derechos de las mujeres que nos conduce a la época franquista, a la mujer sumisa, a la esclava paridora al servicio del varón”.
Las entidades firmantes recuerdan a Vox que la Ley integral de violencia de género que pretenden derogar “es una ley estatal y orgánica, aprobada por unaminidad de los integrantes del poder legislativo, así que para expulsarla del ordenamiento jurídico necesitarían “mayoría absoluta en las Cortes Generales“, “cosa que en este momento no tienen, ni van a tener, así que dejen de engañar a la ciudadanía”, agrega.
“Negar la violencia de género es exactamente igual que negar el Holocausto judío, existe, con cifras alarmantes y las sufrimos las mujeres por el mero hecho de serlo, como la consecuencia más brutal de la desigualdad”, leyó Figueruelo, que citó informes de la ONU, UE, EUROSTAT, el Consejo General del Poder Judicial, la Fiscalía General del Estado o el Instituto de la Mujer “para descubrir las aberrantes cifras reales de la violencia de género”. En este sentido, recordó que la Organización Mundial de la Salud indica que un 38% de los asesinatos de mujeres en el mundo son cometidos por su pareja masculina.
No vamos a permitir que NADIE nos quite nuestros derechos, que nos ha costado mucha sangre, sudor y lagrimas conseguirlos ¡Ni un paso atrás en la igualdad lgtbi! #ExigenciasDeVOX pic.twitter.com/OKmQcQgO2m
— Igualdad LGBT (@IgualdadLGBT) January 8, 2019
De esta manera, los movimientos reaccionarios al avance de políticas de equidad de derechos y oportunidades promovidos por el feminismo y el colectivo LGTBI continúa asentando sus bases en bancas políticas donde se toman decisiones de poder reales, exponiendo a las naciones a un panorama de incertidumbre donde lo que más está en grave peligro es la calidad de vida de las personas.