La conducción de la CGT confirmó que el 6 de abril concretará el primer paro general contra la administración de Mauricio Macri. La oficialización de la medida de fuerza marca un punto de inflexión en la estrategia de diálogo que la central obrera priorizó durante los primeros 15 meses de la gestión de Cambiemos y el pasaje hacia una ofensiva de mayor confrontación, en medio de un escenario de creciente malestar social y mayor conflictividad.
La fecha fue formalizada alrededor de las 15:00, tras la reunión del consejo directivo cegetista que comenzó una hora antes, en la sede de Azopardo 802.
“Los empresario cumplieron menos que los políticos”, afirmó Carlos Acuña, uno de los triunviros, para justificar la medida, al tiempo que otro de los miembros de la tríada, Juan Carlos Schmid expresó que “el paro es un reflejo del descontento social. No tenemos una propuesta para el Gobierno”.
Finalmente, el secretario general del Sindicato del Calzado, Agustín Amicone, confirmó que “vamos al paro para el día seis, con la adhesión del transporte”.
Con el anuncio de la fecha de la huelga la cúpula cegetista busca, además, atender el reclamo unívoco que se expresó en la masiva movilización de la semana pasada y a la par clausurar algunos pases de factura internos montados sobre los incidentes que marcaron el final de la movilización.
Esos cortocircuitos desnudaron críticas hacia la gestión del triunvirato que integran Juan Carlos Schmid, Héctor Daer y Carlos Acuña, al tiempo que encendieron en algunos sectores el planteo de avanzar hacia la unción de un único jefe al frente de la entidad.
Esa última alternativa, sin embargo, perdió sustento tras la ratificación del triunvirato por parte de Hugo Moyano, Antonio Caló y Luis Barrionuevo, los exlíderes de las tres vertientes de la central obrera previas a la reunificación, y el consenso general interno para avanzar con la definición del paro.
El propio Schmid lo graficó el miércoles con claridad: “Dejemos de macanear de que puede haber un único liderazgo. No hay un sólo dirigente en la CGT que encolumne a todos”, aseguró.
El triunvirato consideró que es prioritario “preservar la unidad” entre las distintas corrientes que componen la entidad y opinó que la posibilidad de avanzar en una conducción única “solo puede ir madurando a medida que timoneemos el conflicto social. Hoy es peor cambiar de caballo, sería muy negativo”, enfatizó.
El pedido de un cambio en la política económica oficial, el rechazo al aumento de los despidos y el reclamo por la libre negociación paritaria constituirán los ejes de la argumentación sindical de la protesta que, según remarcó Schmid, es “irreversible”.
“No hay marcha atrás porque el Gobierno no revirtió el rumbo ni ofreció señales” que atiendan los principales reclamos, justificó el gremialista.
Desde diferentes sectores de la central confirmaron que el paro se realizará el primer jueves de abril y anticiparon que la medida no incluirá movilización. “Será un paro tradicional, muy contundente”, afirmaron. No obstante admitieron la posibilidad de que los movimientos sociales y las dos CTA adhieran a la huelga con su propia metodología, lo que podría contemplar cortes y piquetes en los accesos a los centros urbanos y manifestaciones.