El presidente del Banco Central, Miguel Pesce, admitió que “es posible” que la Argentina caiga otra vez en default, aunque aseguró que el Gobierno hará una oferta “consistente” sobre la deuda “y hay altas probabilidades de que los acreedores la acepten”.
“(El default) es posible, yo le adjudico pocas probabilidades, pero es posible. Estamos en una negociación, el Gobierno va a hacer una oferta, y esa oferta puede ser aceptada o rechazada. Pero el Gobierno no va aceptar ningún tipo de propuesta que no sea sustentable en el corto y en el largo plazo”, sostuvo el funcionario.
En declaraciones a radio La Red, Pesce resaltó que el objetivo de la negociación con los acreedores es “tener un perfil de deuda que pueda ser pagado, y en eso está trabajando el Gobierno: esa es la oferta que se le va a hacer a los acreedores”.
“Se va a hacer una oferta consistente y hay altas probabilidades de que los acreedores la acepten. Pero eso no depende del Gobierno, sino de la voluntad de terceros. Alguna probabilidad de que haya rechazo de la oferta existe. Esperemos que no suceda”, enfatizó.
A su criterio, la postura del FMI sobre la deuda argentina, a la que el organismo calificó como “no sostenible”, marca “un cambio en el organismo que es alentador, de comprensión de la situación del país y de la idiosincracia de nuestra economía. Soy optimista”.
Por otra parte, respecto del tope a las tasas de interés de las tarjetas de crédito, Pesce explicó, “que estaban en niveles superlativos”, busca “alinear las tasas de interés con las expectativas del Banco Central respecto a la evolución de la inflación y las necesidades de financiamiento para la producción y el consumo”.
“Hay un problema de expectativa de los bancos y por eso el regulador tiene que actuar. Hace dos meses que asumimos y que cambió el programa económico: no estamos conformes con lo que sucedía con el sistema de crédito, pero en general los bancos no están hoy teniendo la dinámica que nosotros quisiéramos para financiar la producción y el consumo”, añadió.
El miércoles, la autoridad monetaria dispuso que los bancos no podrán cobrar tasas superiores al 55% para financiar compras realizadas con tarjetas de crédito.