El vicepresidente del Banco Central de la República Argentina (BCRA), Vladimir Werning, brindó detalles sobre el plan de estabilización que busca desarrollar el gobierno de Javier Milei en este 2024, en vistas de incrementar las reservas de la entidad, postergando los compromisos de deuda externa, para eliminar, definitivamente, las restricciones cambiarias, reducir y estabilizar, en un dígito, la inflación y fomentar la inversión privada a partir de las reformas propuestas en la Ley Ómnibus.
La presentación, titulada “Programa de estabilización de Argentina: avances y perspectivas”, fue exhibida por el funcionario en encuentros con inversores internacionales la semana pasada, en el marco de las Reuniones de Primavera del FMI y el Banco Mundial, donde también se hizo presente el titular del Palacio de Hacienda, Luis Caputo, quién, asimismo, se reunió con Gita Gopinath
En el trabajo se detalló la “estrategia de salida pragmática” elaborada por el Gobierno Nacional, entre las que se encuentra el ortodoxo plan de shock desarrollado en los últimos cuatro meses, que está provocando una brutal recesión económica, y que, aseguró el escrito, fue una “opción de último recurso para evitar la crisis”.
Al respecto, puso el foco en que la situación heredada implicaba la necesidad de estabilizar la economía para evitar tanto la hiperinflación como un incumplimiento en los pagos en dólares, debido a los desequilibrios, supuestamente, acumulados.
Este ‘plan de acción’, según afirmó el economista a lo largo de las charlas, busca “construir simultáneamente cuatro pilares para restablecer el equilibrio de flujo de la economía”, entre los que se encuentran: realineación cambiaria, consolidación fiscal, restricción monetaria y reversión de la balanza de pagos.
El texto revela, a su vez, que hubo “lecciones aprendidas” de la gestión de Mauricio Macri: “Primero establecer un ancla fiscal, segundo levantar los controles cambiarios”. Lo inicial, tal y como resaltó el trabajo, lo estaría consiguiendo a partir de la “genuina parada fiscal repentina en el primer trimestre del 2024”, anunciado por Milei en Cadena Nacional en las últimas horas.
El informe también remarcó que uno de los principales desafíos en la aplicación de esta ‘hoja de ruta’ es “evitar interrupciones reduciendo los desequilibrios de existencias y transformándolos en flujos”, por ello se definió como prioritario “aumentar las reservas del BCRA, controlar los pasivos financieros del BCRA y diferir el exceso de derechos de importación sobre las reservas”.
Eliminación del cepo cambiario
Todo esto con el objetivo final de poder implementar una “política cambiaria flexible”, eliminando el cepo vigente, y llevar adelante una “competencia monetaria operativa interna”, uno de los principales objetivos del Gobierno Nacional para este 2024 y por el que, incluso, el Ejecutivo, en su afán, está buscando financiamiento externo, ya sea desde el FMI como de diversos organismos multilaterales, para obtener las divisas necesarias para llevar adelante este plan en el segundo semestre.
Esto último, a partir del hecho de que, mas allá de que las reservas del Banco Central están en alza, con una “reversión en forma de ‘V’ del colapso del año pasado”, indicó, y compras acumuladas por más de U$S14.000 desde la llegada de La Libertad Avanza a la Casa Rosada, cumpliendo así los objetivos del FMI, aún el neto es negativo por U$S4.181 millones.
Para alcanzar esa cifra, el cálculo consideró tanto los depósitos para los próximos vencimientos de deuda externa, por un total de US$2.990 millones, como los BOPREAL con vencimientos inferiores a un año, por US$1.743 millones. Sin incluir estos compromisos en la medición, según el documento, las reservas netas serían positivas en US$552 millones.
De cara al porvenir, y para avanzar con el saneamiento de las arcas del Banco Central en moneda extranjera, se extendieron los vencimientos de deuda, lo que “apunta a reducir el riesgo crediticio del exceso de pesos”, mas allá de que, en diciembre del 2025, la carga de la misma llega a casi U$S20.000 millones, un valor que hoy simboliza un 67% de los U$S29.850 disponibles en el Tesoro, que junto a enero y febrero del próximo año serán los meses más complicados en este sentido.
Inflación en un dígito
En base a este panorama, el escrito detalló el “progreso de las políticas macroeconómicas”, donde, entre otros factores, resaltó la desaceleración de la inflación, que, según el informe del Banco Central, ya se encuentra en un dígito, entre el 6% y el 9%.
A su vez, la entidad aseguró que hubo “errores de pronósticos” del mercado en las expectativas del Índice de Precios al Consumidor (IPC) y que la aceleración en la suba de precios estuvo “sobreestimada” durante el último trimestre.
Durante su exposición, Vladimir Werning señaló que el pass-through de la devaluación de diciembre, que llevó el tipo de cambio de $366 a $800, “no alcanzó el ritmo que el alto nivel de inflación podría haber sugerido”, lo que insinúa que los precios de las góndolas aumentaron más allá de lo debido por la transferencia de la erosión del peso contra el dólar estadounidense.
Sin embargo, reconoció que el IPC se ve afectada por la rápida “normalización”, catalogó, de las tarifas de los servicios públicos, con incrementos superiores al 300% en energía y gas, y del 200% en agua, lo que está golpeando tanto a las familias como a los sectores productivos.
Y pese a que pronosticó una contracción económica del 3,4% del PBI en 2024, superior al 2,8% estimado por el Fondo Monetario Internacional, el Banco Central confió en que “el ciclo económico contribuirá a la desinflación a medida que resurja la elasticidad de los precios en medio de restricciones de ingresos”, principalmente a partir de un fuerte salto en la liquidación del sector agrícola.
Inversión privada y reformas
Entre las “perspectivas de un cambio de sentido”, el trabajo del Banco Central hizo énfasis en la “confianza en la administración de Javier Milei”, con una “notable resiliencia al ajuste” por parte de buena parte de la población argentina, mas allá de que reveló que hubo una significativa caída en la imagen del Gobierno Nacional en las últimas semanas.
A su vez, resaltó al sector privado argentino como “un acreedor externo neto” y destacó el “incipiente repunte” de la emisión primaria en el mercado de capitales y de los depósitos privados en moneda extranjera. Según Bloomberg, desde la llegada del libertario al poder estos últimos aumentaron más de U$S2.300 millones, con una suba del 17% desde diciembre pasado.
“El sector privado está preparado para contribuir a la recuperación en forma de ‘V’ de la balanza de pagos”, aseguró el informe.
También, remarcó la importancia de que se apruebe, en el Congreso, la reversión de la Ley de Bases, que “contiene incentivos para que los líderes provinciales reconsideren y obtengan apoyo de los representantes para avanzar en el proceso de reforma propuesto”.
Esto último, mientras, en simultáneo, Werning expuso un gráfico en donde se refleja la enorme caída de las transferencias a las provincias, al mismo tiempo que expuso la baja en los ingresos tributarios de la Administración Nacional, en parte por la caída de consumo provocada por la recesión económica actual, producto de la decisión política de combatir la inflación con “licuación” de salarios, jubilaciones e ingresos.