La disputa por el ingreso del biodiésel argentino a Estados Unidos no está resultando tal como la esperaba la industria local. El último martes 22, el Departamento de Comercio norteamericano informó que impondría aranceles compensatorios para la importación del producto que irían desde un 50,29% a un 64,17% (hasta la denuncia de los productores del país del norte ingresaba con el 4,5%).
La resolución se tomó en compensación, ya que según entendió el organismo norteamericano el biodiésel argentino se beneficia de subsidios internos.
La semana pasada desde la Cámara Argentina de Biocombustibles (CARBIO) se mostraban optimistas y confiados sobre que el Gobierno de Estados Unidos no tomaría una medida adversa para el biodiésel local -que hoy destina más del 90% de sus exportaciones a Estados Unidos en un negocio que el año pasado significó ingresos por u$s1.200 millones– pero ahora cambió el panorama y prometen apelar la decisión.
Ahora, Argentina tiene 7 días hábiles para intentar un acuerdo que le permita mantener el mercado estadounidense abierto. Según comentaron fuentes gubernamentales, las empresas afectadas deben proponer alguna alternativa de arancel, precio del producto y volumen, lo que debe avalar el gobierno argentino y ser puesto a consideración del Departamento de Comercio norteamericano. Fuentes empresarias, en tanto, remarcaron que es un camino que se analizará pero que no está decidido.
La noticia llegó el mismo día en el que el Gobierno nacional festejó el primer embarco de limones a México y la supuesta quita de trabas de Estados Unidos a los limones, un negocio que asciende apenas a 50 millones de dólares al año, y que en los hechos sigue trabado por demoras supuestamente de la burocracia.
El bloqueo a la importación el biodiesel se suma a la de los limones, paralizado por el mismo Trump tres días después que asumiera en enero de este año, y luego que nuestra ex Canciller Susana Malcorra se pronunciara a favor de su rival, Hillary Clinton.
Así, la relación con el país norteamericano se tensa al máximo, entendiendo que las consecuencias de preferir a los rivales de Trump siempre hay que pagarlas. Incluso, hay quienes aseguran que la política proteccionista del magnate parece haber elegido a la Argentina para mandar un mensaje global.