Juan Carlos Dante “Canca” Gullo presentó un proyecto de declaración en el que expresó su preocupación por la desaparición, en forma clandestina, de los adoquines de las calles en distintos barrios de la Ciudad, “poniendo en riesgo la preservación del patrimonio histórico y cultural de Buenos Aires”.
El Vicepresidente segundo de la Legislatura comentó a Noticias Urbanas las razones que fundamentan la iniciativa: “En las últimas semanas he notado que, por ejemplo, en Bajo Flores, donde vivo, levantan sistemáticamente los adoquines y los reemplazan por asfalto. Lo que le pregunto a Macri es por qué los sacan y adónde van a parar”. Desde hace tiempo, precisamente, vecinos y grupos conservacionistas expusieron su preocupación al Ministerio de Ambiente y Espacio Público al señalar, precisamente, que no saben qué destino tienen los adoquines levantados para hacer tareas de bacheo.
Sobre todo después del temporal que castigó a la Ciudad dejándole un saldo de ocho muertos, las calles adoquinadas, además del valor histórico, poseen ventajas nada desdeñables: son más seguras y menos peligrosas justamente en los días de lluvia, ya que ayudan a filtrar el agua acumulada.
“El gran saqueo de adoquines empezó en el año 2008 luego de que comenzara ese polémico y fracasado plan de bacheo porteño que prometía eliminar todos los pozos en Buenos Aires en tres años. Hoy es obvio que los baches siguen y la desaparición de adoquines es generalizada, como antes pasaba en la zona de San Telmo”, señaló Gullo.
En el proyecto, a su vez, el diputado K se refirió a una nota de Diario Popular del 17 de noviembre de 2011, en donde se publicó: “Denuncian que venden por la web adoquines de la ciudad”. “La venta ilegal por internet es otro tema que el GCBA debe atender. ¿Qué necesidad tienen, por ejemplo, de quitar los adoquines de la Avenida Centenera. No era una calle para andar 10 puntos pero uno podía transitar igual, tranquilo con su coche”, manifestó.
“Los sitios históricos no se rediseñan, se restauran. La Ciudad puede ser mejorada y embellecida, pero no extrayendo y arrancando todo aquello que la identifica. Esto pasa porque de fondo no existe un plan urbano de preservación, no se regula. La incapacidad de manejar la Ciudad también tiene que ver con desconocer que los adoquines absorben de un 30 a un 40 por ciento del agua de lluvia”, apuntó el legislador sobre el macrismo, que conduce la Ciudad.
En este sentido, Gullo solicitó que “el Gobierno de la Ciudad de Buenos Aires cese de inmediato en la destructiva y progresiva tarea de remoción indiscriminada de adoquines y empedrados, procediendo a su restitución en las condiciones originales, dando estricto cumplimiento a los artículos 1 y 2 de la Ley 65, que expresamente prohíbe esa acción, preservando el invalorable patrimonio histórico y cultural porteño”.
“Esto me recuerda a lo que hicieron con la 9 de julio: no se resuelve todo con asfalto”, finalizó el Canca.