El candidato de Unión por la Patria (UP), Sergio Massa y su par de La Libertad Avanza, Javier Milei, se verán las caras con unos 300 empresarios que pulsan, por estas horas, por un lugar en las mesas de los almuerzos que se realizarán en el centro porteño, al filo de la veda electoral.
Los dueños de las empresas más poderosas del país, que estarán en el salón comedor del Alvear Palace Hotel el miércoles 15 y el jueves 16 de noviembre próximos, ya lograron la atención de Massa y de Milei, ambos ausentes en ese reducto antes de las elecciones generales.
El objetivo formal es escuchar las propuestas económicas, en un momento de parálisis de los negocios a mediano y largo plazo, pero esconde el deseo de hacer valer, a la postre, el peso del poder de gobernabilidad que tiene el establishment. Esta vez, el paladar estará más agrio por la incertidumbre en los negocios, la inflación y la deuda comercial privada.
El candidato de La Libertad Avanza (LLA) estará al mediodía del miércoles junto a los empresarios. Aún se desconoce quiénes lo acompañarán al evento, pero en la lista están el directo del BID Guillermo Francos, la economista y candidata Diana Mondino y el analista financiero Darío Epstein. Todos mantienen un vínculo constante con el establishment local y podrían ser el puente con Milei.
Massa en una posición incómoda
Massa llegará Consejo Interamericano de Comercio y Producción (Cicyp) a casi un año de haber almorzado allí. Antes de las PASO, el único participante del cónclave fue Milei, cuando todavía no estaba dimensionado el shock libertario en las urnas. Entre las primarias y las generales, pasó por el evento Patricia Bullrich, preferida entre el círculo rojo, pero en pleno descenso de respaldo electoral. En ese momento, el líder de LLA se había decidido por participar del Council of The Americas, pero dejó de lado su paso por el círculo de empresarios domésticos.
La última reunión del Cicyp dejó poco margen para que Massa se entrevere entre ese sector del establishment, a quienes un año atrás los había tratado de “cuervos” ante el reclamo de devaluación y el efecto de la inflación.
“Este gobierno fracasó. Sus políticas, obsoletas en el mundo, nos empobrecieron y nos alejaron preocupantemente de los mercados internacionales. En vez de hacer lo que debía hacerse, el gobierno se ha enfrascado en internas e intereses particulares, mientras que nos deja en la cornisa de una hiperinflación. Ya no podemos esperar nada”, disparó Pereda; quien, además, respaldó la teoría de la crisis autoinfligida: “A esta altura, ya todos conocemos la estrategia del gobierno que, en vez de trabajar por el bien común de todos los argentinos, le entrega al siguiente una bomba a punto de estallar”.
Milei y la incógnita de la gobernabilidad
No muy distinto es el antecedente con el que llega el candidato de La Libertad Avanza (LLA). El mismo Pereda reclamó la reducción intervencionista del Estado y libertad de mercado, para darle espacio a la iniciativa privada. Pero alertó: “En el escenario actual hay una idea adolescente de que, para avanzar, hay que destruir lo que hay, y aquí vale la pena detenerse: Avanzar no debe implicar amputar las instituciones, sino aportar para su buen funcionamiento. Tanto la izquierda como la derecha se sirven de tanto en tanto, en un péndulo fatal, de promesas y prácticas populistas”.
El libertario desairó a la Unión Industrial Argentina (UIA). Los industriales lo habían invitado a almorzar junto a su Comité Ejecutivo, como hizo Massa hace una semana atrás. También se negó a reunirse con la Asociación Empresaria Argentina (AEA), que conducen los grandes empresarios del país, con Paolo Rocca (Techint), Marcos Galperin (Mercado Libre), Luis Pagani (Arcor) y Alfredo Coto (Supermercados Coto), entre otros. Pero aceptó el convite del Cicyp, en donde conviven muchos de los empresarios mencionados, a través de directivos o ejecutivos.
Ambos encuentros, separados por 24 horas, estarán al filo de la veda electoral. Con las tensiones electorales de por medio, y con un empresariado en pánico que congeló operaciones y adelantó compras, el círculo rojo buscará tomarles el pulso a los candidatos.
De Massa espera definiciones sobre el atraso cambiario, la deuda comercial y la estabilidad institucional, con el juicio a la Corte Suprema de Justicia de fondo y con el rechazo de las cámaras empresarias. A Milei le preguntarán por el ritmo de una eventual dolarización, junto al cierre del Banco Central, pero harán foco en la gobernabilidad para poner en práctica esas ideas.