Por primera vez desde la asunción de Javier Milei como presidente de Argentina, la general Laura Richardson, a cargo del Comando Sur de Estados Unidos, volvió a expresarse públicamente sobre la base espacial china instalada en la Patagonia y le manifestó al Gobierno libertario su preocupación al respecto.
Sus dichos fueron en el marco de un evento organizado por el Atlantic Council, donde la jefa militar fue invitada para conversar acerca de la asociación de seguridad de EE.UU con América Latina y el Caribe.
La conversación estuvo planteada sobre dos ejes centrales: la necesidad de contrarrestar las influencias malignas de China y Rusia sobre el territorio y de redefinir la sociedad entre los países del continente para poder afrontar los desafíos actuales.
En este contexto, el entrevistador le consultó a Richardson sobre su vínculo con Argentina. Lo hizo haciendo mención a la plataforma de observación y vigilancia administrada por las autoridades militares del régimen de Beijing, que está instalada en Bajada del Agrio, Neuquén.
“Tuvimos una relación muy fuerte con la administración anterior en Argentina y ahora, con el nuevo gobierno, solo se ha duplicado en términos positivos. Inmediatamente, desde que asumió la actual administración, la colaboración y la coordinación que han tenido han sido muy fuertes. Así que esperamos continuar doblando los esfuerzos entre el Team USA y Team Argentina. Estoy muy emocionada por eso”, admitió la comandante al respecto de la gestión argentina.
La instalación china en la Patagonia significa una gran preocupación para Estados Unidos, que ya advirtió en otras oportunidades acerca de los riesgos que implica la presencia de una base a la cual no se le permite la supervisión de funcionarios argentinos.
Esta fue una de las condiciones avaladas por el estado argentino cuando se firmó el acuerdo por 50 años con China para permitirle vigilar el espacio desde la mencionada plataforma espacial ubicada en su país.
“¿Están trabajando con los colegas argentinos para cerrarla?”, fue la siguiente pregunta que le hicieron a la militar durante el encuentro que se extendió por casi una hora.
La representante del Comando Sur norteamericano respondió: “Con nuestros compañeros argentinos trabajamos en conjunto. Es un país soberano, así que mientras trabajamos con ellos, obviamente, compartimos nuestras preocupaciones acerca de qué tipo de instalación es esa, que no tengan acceso a ella…”.
What are your thoughts on Russian malign influence in Nicaragua?
“We would like to get rid of that,” says @Southcom Commander Laura J. Richardson at an #ACFrontPage event.
We want all the countries in the region to be thriving democracies, she adds. pic.twitter.com/AYd1EgTLYn
— Atlantic Council (@AtlanticCouncil) March 19, 2024
Y continuó: “Es un acuerdo de 50 años y una de las tres estaciones más grandes de espacio profundo que China tiene. Eso es obviamente una gran preocupación para mí como militar. Y la capacidad de lo que esa estación hace, y lo que hace para China, contra aliados y compañeros. Así que continuamos trabajando en colaboración con nuestros compañeros argentinos en eso”.
Richardson finalmente aseguró que serán las autoridades argentinas quienes decidan sobre la permanencia de la base espacial en su territorio. “Argentina decidirá sobre si la base permanecerá ahí y cuál es el camino adelante. Así que dejaremos que ellos sean los que decidan en eso, como fue originalmente”, aseveró.
Meses antes del balotaje en el que Milei fue electo jefe de Estado, la comandante se había referido a su temor sobre la instalación de la base china en el país. Explicó que de esta manera el régimen podría rastrear satélites y, en un escenario de guerra, destruir la infraestructura militar de países aliados en el espacio.
“Lo que me preocupa es que, como parte de la Iniciativa de la Franja y la Ruta, parece que toda la inversión se destina a infraestructuras críticas, pero luego se puede utilizar para un doble uso”, advirtió Richardson en una entrevista brindada en octubre. Y continuó: “Así que parece que se trata de empresas estatales controladas por el gobierno. Un gobierno comunista, por cierto, que no respeta los derechos humanos de su propio pueblo y no respetarán los derechos humanos de los países con los que trabajan”.