El Ejecutivo publicó en el Boletín Oficial, el pasado 20 de octubre, la resolución 1050/2021, a través de la cual se retrotrajeron al 1° de octubre los precios de 1.430 productos de consumo masivo en todo el territorio nacional, que quedaron congelados hasta el 7 de enero próximo. Esto sucedió luego de que fallara el intento de acuerdo con el sector privado para coordinar un nuevo listado de precios congelados.
Sin embargo, los precios de los alimentos siguen aumentando y en noviembre lo hicieron un 5,76 por ciento, según publicó el Instituto de Investigación Social, Económica y Política Ciudadana (ISEPCI), que lidera Isaac Rudnik, que dialogó con Noticias Urbanas.
“Existe cierta resignación por parte del Gobierno con este tema, porque el fracaso del congelamiento de precios de alimentos va acompañado con argumentos que buscan explicar las múltiples causas (lo cual es correcto) de la inflación y nos dicen que, como son muchas, no van a ser resueltas rápido. Pero llevamos muchos años sin que el tema sea resuelto, ni rápido ni lento”, declaró Rudnik a este medio.
Falta de control de precios
Ante este escenario, el especialista apuntó contra el control de precios que “fracasó nuevamente, porque los controles son débiles e ineficientes”. Tal como se expone en el informe del cual se han extraído las cifras y cálculos de esta nota, “el intento de acuerdo con los formadores de precios que controlan las cadenas de producción y comercialización” han fracasado también en gobiernos anteriores “de diferente signo”.
“No fueron ni son eficaces, porque los controles son muy débiles, ya que la oferta está concentrada en unos pocos actores. Por eso, los oligopolios que monopolizan el mercado, lejos de competir entre ellos, acuerdan entre sí para mantener precios que les permitan altos márgenes de ganancia, aún en condiciones de caída de las ventas, como sucedió durante la pandemia”, continúa el trabajo de ISEPCI.
Además, Rudnik señaló que, a pesar de que la alta inflación es un componente permanente que atraviesa a varios gobiernos, “no se aprovechó este tiempo para modificar las normas legales, ampliar y fortalecer un cuerpo de inspectores profesionales, capaz de controlar los precios máximos establecidos”, ni tampoco “se fomentó el desarrollo de un espacio de productores y comercializadores de pequeña y mediana magnitud que ocupe un lugar en la oferta, compitiendo con precios que contemplen ganancias razonables”.
Si bien el Gobierno pactó el control tarifario en más de mil supermercados por parte de organizaciones sociales, esta red se demostró insuficiente para lograr un relevamiento integral de precios de alimentos en Argentina, que detecte y denuncie aumentos por encima de la inflación o de programas de control tarifario como Precios Máximos, Precios Congelados, y afines.
Además, estos programas sólo tienen vigencia en las grandes cadenas de comercialización y excluyen a los almacenes y comercios de barrio.
“En esta semana –cuarenta días después de decretado el congelamiento-, el gobierno está negociando con una cadena de supermercados asiáticos la posibilidad que se incorporen al programa de precios congelados en las semanas que abarcan las fiestas de fin de año. O sea que siempre hubo vía libre para la suba de los precios de los alimentos en los almacenes, carnicerías y verdulerías de los barrios. Lo que en alguna medida explica el fuerte salto que dieron durante el mes de noviembre, nuevamente liderados por el rubro de las carnes”, remata el informe al respecto.
Precios de noviembre
Según el relevamiento mensual de precios de la Canasta Básica de Alimentos en 600 comercios de 20 distritos del Conurbano bonaerense, en noviembre una familia de adultxs y dos hijxs pequeñxs necesitó $31.219,46 (5,77 por ciento más que en octubre) para solventar sus alimentos básicos.
Mientras tanto, para cubrir sus gastos básicos totales, que además de alimentos incluyen salud, educación, transporte, tarifas, y otros similares, la misma familia requirió $73,677.92, o sea un 5,92 por ciento más que el mes anterior.
El rubro carnes, sólo en noviembre, aumentó un 12,20 por ciento; los productos de verdulería 3,60 por ciento y los de almacén, un 1,77 por ciento.
Según opinó el entrevistado ante este medio, “la carne vuelve a tener una fuerte influencia de los aumentos que se dieron en el mercado internacional”.
Cabe mencionar que en junio pasado, el incremento respecto al mismo mes del año anterior llegó al 81,53 por ciento.
A mediados de mayo, “el Gobierno implementó el cierre total de las exportaciones de carne, y a partir de fines de junio las flexibilizó, abriéndolas parcialmente, entendiendo que las subas de sus precios internacionales provocaban injustificables traslados de esos incrementos al mercado interno”.
En los meses siguientes, los aumentos de las carnes se frenaron (-0,29 por ciento en julio, -0,33 por ciento en agosto, +0,67 por ciento en septiembre) y las subas de la Canasta Básica de Alimentos se hicieron más moderadas que en los meses anteriores (0,86 por ciento en julio; 1,57 por ciento en agosto y 2,22 por ciento en septiembre).
En octubre, volvieron paulatinamente las subas: Carne: +1,78 por ciento; Canasta de Alimentos +2,47 por ciento y en noviembre se fueron nuevamente para arriba: Carne: +12,20 por ciento y la Canasta de Alimentos: 5,77 por ciento.
