El desembarco de Sturzenegger en el Gabinete desató nuevas internas

El desembarco de Sturzenegger en el Gabinete desató nuevas internas

El flamante ministro de Desregulación empezó a cruzarse con sus pares por sus intervenciones.


Pese a que lo negó de manera rotunda y resaltó que hay coordinación y trabajo en equipo, Federico Sturzenegger, el ministro de Desregulación y Transformación del Estado, ya empezó a chocar con miembros del gabinete nacional. Fiel a su estilo, el super funcionario empezó a meterse en áreas como salud, trabajo y educación, con movimientos que encendieron las alarmas en todo el ecosistema libertario.

El extitular del Banco Central asumió funciones en el elenco del gobierno de Javier Milei hace más de dos semanas, el 5 de julio, y desde esa jornada se mostró activo, en su afán de mostrar algo de lo que carece el Gobierno: gestión. En esa jornada, pese a que es reticente a entrar en contacto con los medios de comunicación, se animó a dar detalles de su hoja de ruta ante los periodistas presentes en el Salón Blanco de la Casa Rosada, con algunas precisiones sobre la Ley Hojarasca, que busca eliminar trabas de la economía.

En esos primeros días con el traje de funcionario, levantó el teléfono del economista Miguel Boggiano, uno de los miembros del Consejo de Asesores del Presidente, para sumarlo a su elenco de trabajo. La charla fue cordial y quedaron en seguir conversando. Hasta ese momento, todo iba sobre rieles y sin ruidos, tal cual como fue acordado con los principales miembros del Gobierno, la secretaria general de la Presidencia, Karina Milei; el asesor predilecto del jefe de Estado, Santiago Caputo; el jefe de Gabinete, Guillermo Francos, y el ministro de Economía, Luis “Toto” Caputo.

Pero en la última semana, Sturzenegger comenzó a seguir bien de cerca lo que pasa en distintos ministerios y se animó, sin vueltas, a ofrecer soluciones, proponer mejoras y criticar ciertas acciones que lleva adelante La Libertad Avanza (LLA). En otras palabras, amplió su radio de acción sin ningún tipo de preámbulo. Y generó la reacción de más de un funcionario de primera línea que vivió cómo el superministro se expandió prácticamente sin límites.

“Pasa que es muy frontal y directo, a veces hay que pararlo porque no tiene frenos y termina chocando indefectiblemente”, expresó a un integrante importante de La Libertad Avanza que pide reserva de su nombre y que confiesa que ya habló con el polémico ministro “para que baje un cambio”. Incluso, ofrece un ejemplo: el extitular del Banco Central en la era Mauricio Macri quiere que se importen medicamentos de cualquier parte del mundo con tal de que bajen los precios de los remedios locales. Una decisión que llevaría a una colisión directa con los laboratorios que operan en el mercado.

“Ya tenemos muchos problemas, ¿vamos a generar un quilombo con los laboratorios?”, se preguntan en Balcarce 50. No solo eso: Sturzenegger vio cómo se llevaron adelante las negociaciones entre el Gobierno y la CGT, en busca de desactivar un nuevo paro y con teléfonos abiertos para hablar sobre cambios en la reglamentación de la reforma laboral de la Ley Ómnibus.

“Ya avisó que no está de acuerdo con lo que se está haciendo, tiene un espíritu abiertamente antisindical, no quiere saber nada con los gremios”, grafica una voz del oficialismo, que admite desentendimientos entre Sturzenegger y la estrategia con la central obrera que edificaron Santiago Caputo y Julio Cordero, el secretario de Trabajo, que el martes pasado se reunió con la CGT.

A su vez, quiere meterse de lleno con todo el tema empleo público, sin consultas previas a Jefatura de Gabinete ni a Cordero. Adelantó que avanzará con tres grandes modificaciones: un examen de ingreso a todo aquel que quiera trabajar en el Estado, un nuevo régimen de disponibilidad, por el cual se protegerá el salario del empleado estatal que se quiera reinserta en el ámbito privado, y anunció el fin del trabajador al que Nación le paga el salario pero se desempeña en el interior o en el exterior. “Se acabó la joda”, expresó.

Por si fuera poco, tiene una batería de proyectos en materia de Educación que nunca fueron consensuados con el secretario del área, Carlos Torrendell, que depende de Capital Humano, a cargo de Sandra Pettovello, una persona que se ocupa al detalle de todo lo que ocurre en su lugar de influencia. Por lo cual puede existir un choque entre dos figuras del oficialismo que no están acostumbradas a la negociación política.

¿Y su relación con el titular de Hacienda? Por el momento, dejaron la tensión del pasado y calibraron una tregua, con elogios mutuos. Algo que durará hasta que la situación económica empeore y comience el reparto de culpas. “Con Caputo somos un equipo”, concedió Sturzenegger.

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