A mediados de abril, el polémico personaje “tuitero” de la Dra. Alcira Emilse Pignata comprometió a un impensado dirigente de la política porteña: el ministro de Cultura, Hernán Lombardi. Dado que por una confusa situación, donde las cuentas de Twitter de ambos personajes entrecruzaron posteos, un usuario de la red social del pajarito denunció que la discriminatoria cuenta pertenecía a Lombardi.
A partir de ese momento, se dieron una serie de acusaciones cruzadas; amagues de denuncia, como los del dirigente K, Alex Freyre y una contundente desmentida del ministro de Mauricio Macri. Quien recurrió, en ese entonces, a la ironía, a través de un “tuit” que rezaba: “No soy Bruno Díaz, no soy Peter Parker, no soy la @drapignata”.
Sin embargo, lo real es que a partir de la denuncia “virtual” el INADI actuó de oficio contra el funcionario porteño. Por lo que este último 21 de mayo, Lombardi presentó un desopilante descargo. En el que, obviamente, se desentiende de la cuestión.
“Manifiesto que no conozco a la Doctora Alcira Emilse Pignata, ni a su empleada doméstica Olga, ni a su fiel mascota el perro Sidito”, se desmarcó Lombardi.
Quien a su vez, en función de la inquietud del titular del instituto por encontrar conductas discriminatorias en personajes de ficción, le sugirió indagar en “la discriminación que sufre el Indio Patoruzú por parte de Isidoro Cañones. Micky Vainilla y su persistente burla a la pobreza o Violencia Rivas y sus incitaciones a la agresión. El racismo del sicario Boggie el Aceitoso. El desprecio hacia los sectores de bajos ingresos y a niñitos que desde hace ya 50 años hace la niña Susanita”.
Y añadió: “la lista sería interminable”. Evidentemente, Lombardi se lo tomo con humor.