La médica terapista de un hospital público en Palermo y de una importante clínica privada del barrio de Recoleta , Vanina Edul, habló con Infobae y decidió contar cómo sus pacientes transitan el Covid-19 “porque la mayoría terminan muriendo”.
“Perdiste el laburo. 7 pibes. Te hacés Uber para llevar COVID+. Te la pegaste. Tenías 45. Sano. Guapísimo. Que alguien me explique que en 3 semanas la enfermedad+ infección intrahospitalarias te dejarían los pulmones así. Una roca que no oxigena. Y nosotros useless (inútiles). Y te fuiste. Y nos desgarra”, cuenta la profesional a través de su cuenta @EdulVanina.
La médica no puede dejar de conmoverse con la actual situación y explica que “los sentimientos entorpecen el accionar, mantengo la empatía y la compasión. Esta pandemia ha hecho estragos emocionales fuertes en todo el personal”.
Edul reconoce además: “Hace 14 meses que siento que estoy en la primera línea de una batalla, como un soldado, de una profesión que elegí y amo. Nunca había hecho un descargo, y no imaginé que tendría repercusión, pero la verdad es que los médicos no damos más. Discutimos si la letalidad es 2.47 o 2.74. La política y la medicina chocan de frente. Las medidas sanitarias caen en una contienda que es la grieta. Eso es lo que me indigna, como se frivoliza el tema… hay gente que se sigue quejando por no poder ir a una fiesta”.
La médica también subió a su cuenta personal una foto collage donde se la ve con todos los insumos necesarios para protegerse, y en la otra las marcas que le dejan luego de ochos largas e intensas horas de trabajo. “Gano 80.000 pesos, y tuvimos que comprar todos los materiales porque los que nos entregaron en el hospital son muy precarios….”.
Vanina analiza la problemática de la falta de camas de terapia y sostiene: “Sumar camas o reconvertir espacios en lugares de terapia intensiva no es suficiente porque también faltan profesionales, no cualquier doctor puede ser terapista. Por ejemplo, yo podría ir a operar una retina, son ramas diferentes”.
Y sigue: “No estamos acostumbrados a lidiar con tantas complicaciones en simultáneo con un índice de mortalidad del 60% cuando en tiempos ‘normales’ es del 20 o 30%”.
Pero a todo este panorama de el desgaste físico, psicológico y la falta de recursos los profesionales de la salud tiene que sobrellevar su vida personal. Vanina contrajo Covid-19 en abril, en los inicios de la pandemia. Tránsito la enfermedad con síntomas leves, algo de fiebre y malestar. “Lo peor es que contagié a mi marido de 58 años que tiene asma, tardó tres semanas en volver a estar bien. Mi hija de cuatro años la pasó bien. Por suerte están todos recuperados, pero cualquier de ellos podría haber sido uno de mis pacientes. Es muy angustiante, no damos más, por eso le pido a la gente que haya más compromiso cívico”.